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Estos fueron los principales acontecimientos que pusieron en tensión al mundo en el 2022 [RESUMEN]

Fotografía de un tanque durante la guerra entre Rusia y Ucrania que inició el pasado 24 de febrero. Según cifras de Kiev, más de 8 000 civiles han muerto en lo que va del conflicto.
Fotografía de un tanque durante la guerra entre Rusia y Ucrania que inició el pasado 24 de febrero. Según cifras de Kiev, más de 8 000 civiles han muerto en lo que va del conflicto. | Fuente: AFP

Además de la guerra entre Rusia y Ucrania, acontecimientos como la crisis en la Península de Corea y las fricciones entre Taiwán y China remecieron el panorama ante el riesgo de una nueva guerra mundial.

A días de culminar el 2022, la guerra entre Rusia y Ucrania, las amenazas de China sobre un posible despliegue militar en Taiwán, los ejercicios militares en la Península de Corea y la tensión política entre Estados Unidos e Irán refuerzan la hipótesis de que el 2023 continuará siendo un año de tensión para la geopolítica.

Especialistas como los internacionalistas Ramiro Escobar y Paul Saavedra, en diálogo con RPP Noticias, estiman que el conflicto entre Rusia y Ucrania, que se ha cobrado la vida de más de 8 000 civiles (según Kiev), continuará siendo el foco de atención el próximo año, sobre todo por el riesgo de que Vladimir Putin opte por las armas nucleares ante la férrea resistencia ucraniana, que cuenta con el respaldo del bloque occidental.

"En el peor de los casos, Putin se arriesgará a deslizar el dedo sobre el temido botón rojo [opción nuclear] y ahí tendremos un panorama sombrío, pues pone en suma alerta a los miembros de la OTAN", comentó Saavedra. 

El 24 de febrero de 2023, se cumplirá un año de la invasión ucraniana y ambos bandos no han mostrado intención de sentarse a dialogar para ponerle fin a la guerra.

El régimen de Volodimir Zelenski condiciona la restauración de su integridad territorial, el pago de los daños ocasionados por el conflicto y una garantía de que esta situación no se repetiría, para sentarse a dialogar. Sin embargo, se tratan de condiciones que difícilmente acatará el Kremlin para iniciar una ronda de diálogos de paz.

Mientras ambos bandos no se pongan de acuerdo para ponerle fin al conflicto, el foco de atención se centrará en este punto de Europa. Otro foco de tensión que probablemente tendrá en vilo al mundo es la situación que se vive en la Península de Corea. 

La tensión en la Península de Corea

Desde noviembre de 2022, la Península Coreana ha atravesado momentos de tensión que alertaron a la comunidad internacional ante una posible escalada del conflicto histórico entre Corea del Sur y Corea del Norte, teniendo en cuenta que la Guerra de Corea, que inició en 1950, aún no ha terminado, puesto que solo se firmó un armisticio que puso fin a las hostilidades en 1953.

A 69 años de la guerra, nunca se ha establecido un tratado de paz que ponga fin a la guerra entre ambas Coreas.

El 2 de noviembre, las dos Coreas intercambiaron lanzamientos de misiles que por primera vez cayeron en sus respectivas aguas. El régimen de Pionyang disparó a lo largo de ese día más de 20 misiles, una cifra récord para Corea del Norte que puso en vilo al mundo entero.

El ejército surcoreano informó primero que el norte había disparado tres misiles balísticos de corto alcance desde las cercanías de Wonsan, en la costa oriental norcoreana, hacia el mar de Japón, conocido también como mar del Este en las dos Coreas.

Fotografía referencial sobre el lanzamiento de misil desde territorio norcoreano.

Fotografía referencial sobre el lanzamiento de misil desde territorio norcoreano. Fuente: AFP

Uno de los misiles aterrizó en alta mar, 26 kilómetros al sur de la Línea Límite Norte (LLN), que divide las aguas de ambos países, y a unos 57 kilómetros al este de la ciudad costera de Sokcho (160 kilómetros al noreste de Seúl), dentro de la zona económica especial surcoreana.

Japón convocó a su consejo de seguridad nacional, después de que uno de los misiles, lanzados por Corea del Norte, cayera por primera vez en aguas territoriales del sur. El ministro japonés de Defensa, Yasukazu Hamada, tildó los actos de Corea del Norte como "una amenaza” a la paz y seguridad de su país, la región y la comunidad internacional.

Desde aquel momento, Japón ha realizado numerosos ejercicios militares con Estados Unidos y Corea del Sur. Tanto Washington como Seúl han ido más allá y han realizado movimientos conjuntos, disparos de artillería y lanzamientos de misiles, mientras que el régimen de Kim Jong-Un ha hecho lo propio en reiteradas ocasiones.

La tensión entre ambas Coreas siempre reaviva el riesgo nuclear y de una Tercera Guerra Mundial. No obstante, el docente universitario e internacionalista Ramiro Escobar enfatiza a RPP Noticias que Corea del Norte – que afronta sanciones de Naciones Unidas por sus programas nucleares y de misiles balísticos de largo alcance – no cuenta con la capacidad económica de financiar una guerra con su histórico vecino: el Sur.

Para Escobar, es poco probable que China respalde al régimen de Kim Jong-Un a pesar de ser aliados, puesto que un despliegue bélico iría "en contra de sus planes económicos, que consisten en negociar con casi todo el mundo”.

“Tengo la impresión de que Kim Jong-Un agita [al mundo] con sus ensayos para decir: “Aquí tengo este músculo”. Pero es muy improbable que se involucre en una guerra porque no tendría como sostenerla económicamente”. Si bien Corea del Norte bravuconea con sus armas nucleares y posibles ataques, hay una gran debilidad económica en Corea del Norte que haría difícil que se involucre en una guerra; no la podría sostener”, explicó Escobar. 

Así también opinó el especialista en Relaciones Internacionales Paul Saavedra, quien enfatizó que Corea del Norte no podría sostener económicamente una guerra directa con el sur. 

"En los últimos años hemos tenido mayor actividad por parte de Corea del Norte, que ha tenido más de 40 lanzamientos de misiles este año. Pese a tener sendas sanciones económicas, el gobierno norcoreano no tiene los recursos y tampoco busca una guerra directa con alguno de sus países vecinos, sino por el contrario, tener el poder militar suficiente para mantener su posición de poder en la península", declaró Saavedra. 

El clima de tensión entre Corea del Sur y Corea del Norte siempre dependerá de los gobernantes de turno en el lado sur. Los gobiernos de derecha, como el de Yoon Suk-yeol, actual presidente surcoreano, siempre se mostrarán renuentes a establecer relaciones con un gobierno comunista como el de Kim Jong-Un.

La actual gestión de Yoon Suk-yeol dejó atrás los “avances” del gobierno de Moon Jae-In, quien, acompañado del líder norteño Kim Jong-Un, cruzó hacia territorio norcoreano en 2018, en el marco de una histórica cumbre realizada en la frontera que divide a las dos Coreas.

La asunción de Yoon Suk-yeol como presidente surcoreano rompió con la diplomacia hacia Pyongyang que practicaba su predecesor, Moon Jae-in.

La asunción de Yoon Suk-yeol como presidente surcoreano rompió con la diplomacia hacia Pyongyang que practicaba su predecesor, Moon Jae-in. Fuente: Europa Press

“Lo que pasa es que los presidentes, que están más a la derecha en Corea del Sur, son más renuentes a negociar con Corea del Norte. Los que están más al centro, los partidos más progresistas como el movimiento político anterior, son más proclives a [dialogar] con Corea del Norte. Cuando hay un gobierno muy de derecha las tensiones entre ambos países crecen”, complementó Ramiro Escobar.

¿Las fricciones entre China y Taiwán seguirán siendo el foco de atención?

Este año, China intensificó los ejercicios militares alrededor de Taiwán, desafiando los llamados de Occidente y Japón a terminar las mayores maniobras militares de su historia en torno a la isla, a la que considera como parte de su territorio.

En respuesta al accionar chino, Taiwán afirmó que ejercería su derecho a la autodefensa y contraatacaría si aviones y barcos chinos entraban en su jurisdicción.

Taiwán -que tiene un gobierno autónomo y donde viven 23 millones de personas- vive bajo la constante amenaza de una invasión por parte de China, que reivindica esta isla regida democráticamente como parte de su territorio y promete recuperarla algún día, por la fuerza si fuera necesario.

Las tensiones en el Estrecho de Taiwán escalaron ante la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a la isla a principios de agosto, pese a las amenazas del régimen chino.

“Si Estados Unidos persiste en desafiar la línea roja de China con esta visita a Taiwán, se enfrentará a fuertes medidas de respuesta y deberá asumir todas las consecuencias”, amenazó el portavoz de la diplomacia china, Zhao Lijian, en rueda de prensa realizada el 27 de julio.

Al concretarse la llegada de Pelosi a la isla, China decidió como represalia efectuar maniobras militares en tierra y mar, incluyendo vuelos de drones sobre las islas Kinmen.

Pekín, que se opone a cualquier contacto entre Taiwán y otros países, ha aumentado la presión militar y diplomática contra Taipéi desde la elección en 2016 de la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, quien proviene de un partido independentista.

 

La presidenta de la Cámara de EE.UU., Nancy Pelosi, en su llegada a Taiwán.

La presidenta de la Cámara de EE.UU., Nancy Pelosi, en su llegada a Taiwán. Fuente: AFP

En entrevista con RPP Noticias, el internacionalista Ramiro Escobar dijo que, aunque China considere a Taiwán como una provincia rebelde, es improbable que sus amenazas se concreten en un conflicto armado. A decir del especialista, el gobierno de Xi Jinping no arriesgaría su proyecto geoeconómico para embarcarse en una guerra.

Aclaró que China no tiene intenciones de anexar Taiwán, porque la considera una provincia rebelde, sino que quiere “absorber” a la isla para aprovechar y explotar sus potenciales digitales y tecnológicos, y así crecer como una “potencia digital”. Sin embargo, Escobar consideró que “si bien la situación entre China y Taiwán es un foco de tensión, tendrían que pasar muchas cosas” para que se hable de un conflicto como el de Rusia y Ucrania.

“Lo que pasa es que Taiwán se ha vuelto una potencia digital y tecnológica, y el interés de China es que eso se concrete rápido porque le conviene ser una potencia tecnológica y digital, y Taiwán hay suficiente infraestructura como para abonar en el crecimiento de China como potencia digital”, detalló Escobar.

Irán y Estados Unidos: una histórica tensión política

Estados Unidos e Irán mantenían una buena relación comercial a mediados de los años 50 que terminó tras el estallido de la Revolución Islámica de 1979 y la salida de Shah Reza Pahlaví. El cambio de régimen ocasionó que crezcan las tensiones entre ambas naciones con eventos como el asalto en la embajada estadounidense en Teherán, donde 63 estadounidenses fueron tomados como rehenes.

Luego de este evento, Estados Unidos rompió los lazos diplomáticos con Irán y bloqueó los intercambios comerciales con el país. Tras la rotura de relaciones y los intercambios comerciales, Estados Unidos respaldó - entre 1981 y 1988 - a Irak en la guerra con Irán, conflicto que causó la muerte de casi 200 mil iraníes.

En 2006, la tensión escaló a otro escenario cuando Irán enriqueció su programa nuclear y Estados Unidos comenzó a temer por el posible desarrollo de armas atómicas. Nueve años después, en 2015, ambas naciones firmaron un pacto en el que Irán se comprometía a no aumentar su programa nuclear si es que EE.UU. acababa con las sanciones económicas.

Después de la firma del compromiso, el panorama entre ambos países parecía estar calmado. Pero el gobierno de Donald Trump puso fin al acuerdo nuclear y, en 2020, lideró un ataque con drones que terminó con la vida del general Qasem Soleimani, un alto mando militar iraní que Teherán consideraba como un “héroe en vida”.

Con la salida de Donald Trump de la Casa Blanca, las relaciones políticas de Estados Unidos e Irán atravesaban un proceso de reconstrucción, que se ha visto interrumpido tras la convulsión social que ocasionó la muerte de la joven Mahsa Amini tras ser detenida por la Policía de la Moral por llevar mal el velo islámico.

El régimen de Teherán, según recuerda Ramiro Escobar, culpa a Estados Unidos de las manifestaciones en el país por el fallecimiento de Mahsa Amini. El propio gobierno iraní ha reconocido la muerte de más de 300 personas durante los tres meses de intensas protestas. El último 13 de diciembre, en el país se ejecutó a un segundo condenado por su participación en la revuelta que inició en setiembre.

“El régimen iraní acusa a los Estados Unidos de estar detrás de esas protestas; entonces creo que, si bien hay intención de Joe Biden, este factor está embraveciendo el panorama [y hace que] Irán sea renuente a renunciar a las negociaciones”, detalló Escobar. 

Aunque se tratan de fricciones políticas, los especialistas Ramiro Escobar y Paul Saavedra coincidieron en que la crisis diplomática entre ambas naciones no se ve “como un foco de tensión mundial" para el año 2023. 


Sergio Espinoza

Sergio Espinoza Periodista

Bachiller en Periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza. Especializado en la cobertura de notas policiales, internacionales y políticas. Más de cuatro años de experiencia en medios digitales.

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