El partido ultranacionalista obtuvo una histórica e incontestable victoria en la primera vuelta de los comicios regionales.
El ultranacionalista Frente Nacional (FN) obtuvo una histórica e incontestable victoria en la primera vuelta de las elecciones regionales, que le coloca por primera vez a las puertas de hacerse con alguna de las regiones del país.
Con un porcentaje cercano al 30 % según las primeras proyecciones, el partido de Marine Le Pen obtuvo su resultado soñado -y anticipado por las encuestas-, al tiempo que asestó un duro golpe a la alianza de centro-derecha encabezada por Nicolas Sarkozy.
Capítulo aparte merece el batacazo sufrido por el Partido Socialista (PS), no por esperado menos doloroso, que se arriesga a perder gran parte de su cuota de poder en las regiones, que en la actualidad dominaba casi por completo.
La división en las listas de izquierda -los Verdes y el Frente de Izquierda concurrieron por separado- y la erosión del presidente François Hollande, que no podido ganar ni una sola cita electoral desde que fue elegido presidente en 2012, supusieron una losa insalvable para los socialistas.
Los grandes tenores de la ultraderecha, encabezados por la propia Le Pen, obtuvieron unos resultados demoledores allá donde se presentaron.
Tanto la presidenta del partido como su sobrina y heredera política, Marion Maréchal-Le Pen, superaron el 40 % de los votos en las regiones de Nord Pas de Calais Picardie y Provenza Alpes Costa Azul, respectivamente.
También consiguió un resultado histórico el número dos de Le Pen, Florian Philipot, que se alzó con cerca del 40 % de los votos en Alsacia Lorena Champagne Ardenas.
En total, el Frente Nacional fue, según las estimaciones, el partido más votado en seis de las trece regiones en que se divide el país tras la simplificación administrativa lanzada por Hollande (hasta ahora eran 22).
EFE
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