La nueva primera ministra británica, Theresa May, dijo al asumir el cargo que el Reino Unido afronta momentos de grandes cambios tras el "Brexit".
La conservadora Theresa May se convirtió en la primera ministra del Reino Unido, la segunda mujer en la historia del país en ocupar el cargo, al recibir el mandato de la reina Isabel II para formar Gobierno.
Salida de la Unión Europea. La exministra del Interior afrontará una serie de desafíos históricos, entre ellos la tarea de diseñar la hoja de ruta para las negociaciones con Unión Europea (UE) que establecerán los términos de la ruptura con el bloque comunitario tras el referéndum del pasado 23 de junio. Por el momento, ha dicho que no tiene intención de activar al menos hasta final de año el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia la cuenta atrás de dos años para hacer efectiva la salida de la UE.
La inmigración. La inmigración fue uno de los temas que definió la salida del bloque europeo. De acuerdo con el Instituto de Estadística Nacional Británico, 330.000 personas entre abril de 2014 y marzo de 2015 llegaron al Reino Unido. De esta forma, se prevé que ponga barreras a los trabajadores de la Unión Europea, algo que repercutiría en el acceso de productos locales en el mercado comunitario. May, en rigor, deberá buscar mecanismos para reducir el daño económico y poner límites a la inmigración.
Influencia mundial. Asimismo, debe tratar de que el Reino Unido mantenga su influencia en el escenario geopolítico global, muy menoscabo en los últimos años tras la irrupción de nuevas potencias mundiales, como China, Brasil e India. A ello, se le agrega su cuestionada participación en la invasión de Irak de 2003. El diplomático británico John Chilcot publicó recientemente un extenso y exhaustivo informe sobre la guerra en el cual señala que el exprimer ministro Tony Blair autorizó que su país participe en la invasión, operación liderada por Estados Unidos en 2003, sin la justificación suficiente y sin agotar todas las vías de paz.
Desmembración. La líder de los "tories" se enfrentará además a tensiones constantes sobre la estructura actual del Reino Unido, en especial con la intención de Escocia de independizarse y la presión de algunos católicos romanos de Irlanda del Norte que buscan usar el “Brexit” como trampolín para unificarse con Irlanda, según la prensa británica.
Problemas sociales. A diferencia de estos temas coyunturales, la conservadora Theresa May debe de igual forma atender la frustración de los británicos que se sienten ignorados por la globalización y sus efectos, como la desigualdad, el aumento de la delincuencia, el deterioro de la calidad de vida, la discriminación y otra gama de problemas sociales.
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