El periodista argentino dijo en el programa 'Animales Sueltos' que los países de América Latina aún no entienden la economía del conocimiento y siguen apostando por la explotación de materias primas.
La mano de obra está subvalorada. Una empresa puede participar en más de 50% del proceso de fabricación y distribución de un producto y obtener menos del 10% del dinero de su venta. El periodista argentino y ganador de un premio Pulitzer, Andrés Oppenheimer, fue entrevistado el pasado 15 de agosto en el programa argentino Animales sueltos, conducido por Alejandro Fantino, y puso como ejemplo algo que ocurre en Perú que es síntoma de nuestros tiempos.
"La marca de ropa Ralph Lauren se produce en el Perú. Un polo de esa marca cuesta US$ 85 en Miami (Estados Unidos). Por curiosidad, hice un par de llamadas y logré ubicar al fabricante en Perú. Le pregunté: "¿Cuánto de esa cifra recibía? Me dijo que tan solo el 8% (US$ 8.5). Estamos viviendo la economía del conocimiento, en la cual el trabajo mental vale más que el trabajo físico”, explicó (minuto 17:30).
Conocimiento vs. producción. Oppenheimer explicó que el otro 92% del precio de ese producto se divide entre el ingeniero textil que hizo el color, el branding y el área de márketing de la empresa, ese grupo que forman parte de la economía del conocimiento.
"El trabajo mental vale cada vez más en el mundo y el trabajo manual, la producción de materias primas, cada vez menos. Mira Apple. Hace 10 años lanzaron el iPhone y hoy la empresa vale 800 mil millones de dólares", comentó Oppenheimer (minuto 15).. "Una empresa de tecnología vale más que el producto bruto interno de Argentina y de varios otros países juntos. (...) Otro ejemplo, el 99% de lo que pagas por una taza de café en Estados Unidos, va al que hizo la ingeniería genética del café, el procesamiento, el branding, el marketing, la distribución, todos productos del conocimiento. El otro 3% va a productor del café, al que lo cortó y lo mandó al puerto. La pregunta que hago en mi libro Crear o morir es: ¿En qué lado de la ecuación quieres estar?".
No hay extremos. Para el periodista, quien se calificó como un crítico del presidente de los Estados Unidos, China es el país más capitalista del mundo, lo cual considera una demostración de que no existen derechas ni izquierdas políticas en el mundo. “¿Qué tiene de izquierda China? Lo que reina ahí es el símbolo de su moneda. La gente que habla de derechas e izquierdas está en el pasado. Solo hay los que ahuyentan capitales y los aquellos que lo atraen. Estos últimos son los que ayudan a reducir la pobreza”.
Según Oppenheimer, la clave para el desarrollo es la educación en los países. “Singapur es uno de los países que más rápido se ha desarrollado porque mira hacia el futuro y se preocupa en ello. En sus billetes figura la palabra 'educación', mientras que nosotros mantenemos próceres que ya fallecieron”.
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