La amenaza del presidente de Estados Unidos contra Venezuela ha generado el rechazo de los países de la región.
América Latina está unida. Lo que parecía imposible hace una semana, Donald Trump lo ha logrado con apenas un puñado de frases: "No voy a descartar la opción militar, es nuestro vecino y tenemos tropas por todo el mundo. Venezuela no está muy lejos, y la gente allí está sufriendo y está muriendo".
El problema para el presidente de Estados Unidos es que todos los países de la región se han alineado en su contra.
El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski dijo el pasado viernes que Venezuela es una dictadura. Apenas el martes, 17 cancilleres y representantes de Relaciones Exteriores de toda América Latina firmaron la Declaración de Lima, un documento de rechazo a la recién formada Asamblea Constituyente de Venezuela, una instancia elegida para reformar la Constitución de ese país.
Todos juntos. El Gobierno de Nicolás Maduro cada vez está más aislado del resto de países latinoamericanos, especialmente de los de Sudamérica. Pero la amenaza de Trump le han permitido saber, por primera vez, qué se siente tener al lado a sus vecinos. “Todas las medidas deben darse sobre el respeto de la soberanía de Venezuela a través de soluciones pacíficas”, dijo la Cancillería de Colombia en un comunicado. El mismo tono tuvieron mensajes similares de Perú, México, Uruguay y el resto de países.
Solo Bolivia usó un lenguaje más beligerante y crítico contra otros países de la región, pero sin mencionar a ninguno específicamente. "Ahora sabe el mundo, quienes estaban contra Maduro solo buscaban la intervención militar del imperio", dijo el presidente Evo Morales. Ni el mayor 'logro' diplomático de Trump ha sido perfecto.
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