El Consejo Supremo Electoral ordenó la destitución de 28 diputados opositores dejando al Gobierno sandinista con el control total a cuatro meses de las elecciones.
La Junta Directiva de la Asamblea Nacional (Parlamento) de Nicaragua, controlada por el partido del presidente Daniel Ortega, acordó este viernes destituir a 28 diputados opositores, entre titulares (16) y suplentes (12), dejando al líder del gobierno sandinista con el control total del poder en el país centroamericano. La medida adoptada se tomó alegando que los parlamentarios desacataron las directivas del partido por el cual fueron elegidos.
Los diputados destituidos respondían al liderazgo del diputado Eduardo Montealegre, quien en junio perdió la dirección del Partido Liberal Independiente (PLI), la principal fuerza opositora, por un fallo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que entregó el mando de esa agrupación política a Pedro Reyes, un personaje de actividad política casi nula y que ha sido tildado como "colaboracionista" del oficialismo por la oposición.
La decisión. Los legisladores desconocieron la sentencia judicial y rechazaron los llamados de Reyes a acatar sus directrices, ante lo cual solicitó al Consejo Supremo Electoral (CSE) que les retirará sus credenciales como diputados. Los diputados, entre ellos Montealegre, fueron destituidos de sus escaños por una resolución del Consejo Supremo Electoral (CSE), que fue acatada este viernes por la directiva legislativa, dijo la presidenta del Parlamento, la sandinista Iris Montenegro, en rueda de prensa.
El argumento. Tanto el Poder Electoral como los legisladores sandinistas en la Junta Directiva alegaron que el artículo 131 de la Constitución Política establece que los escaños le pertenecen al partido en el que fueron electos los diputados. En este caso, los 24 diputados fueron electos bajo la casilla del PLI cuando su representante legal era Eduardo Montealegre. Los otros cuatro diputados destituidos son miembros del Movimiento de Renovación Sandinista (MRS), un grupo disidente del sandismo, que fue en alianza con el PLI en las elecciones de 2011.
Estrategia opositora. Anticipándose a lo que podría ocurrir, los 28 diputados opositores nicaragüenses se habían declarado independientes, ante la amenaza de ser destituidos, conformando el movimiento "Ciudadanos por la Libertad", "Nos declaramos independientes como recurso para evitar la destitución, ante la solicitud que Pedro Reyes (nuevo líder del Partido Liberal Independiente, PLI) hizo ante el Consejo Supremo Electoral (CSE)", dijo la diputada suplente Edipsia Dubón. Aunque los destituidos no han sido notificados de la decisión, la administración de la Asamblea Legislativa les dijo que ya no recibirían salario ni podían ocupar espacio en el edificio del congreso, según el diputado Eliseo Núñez, uno de los separados.
Maniobras de Ortega. La oposición considera que la acción del CSE responde a maniobras del presidente Daniel Ortega para debilitar posibles rivales de cara a los comicios de noviembre, en los que el mandatario aspira a la reelección. "Ortega, mostrando su verdadero rostro de dictador, mandó a destituir a 16 diputados (propietarios) opositores que no se le doblegaron, ni se vendieron", escribió en su cuenta de Twitter la disidente sandinista Dora María Téllez. Los opositores consideran que los comicios, sin su participación, serán una "farsa" en la que Ortega se validará gracias a la complicidad del resto de partidos minoritarios que sí competirán con el sandinismo, favorito de la población según recientes sondeos.
Elecciones. La situación se da a menos de cuatro meses de las elecciones del 6 de noviembre, en las que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, buscará una nueva reelección, sin la participación de la coalición liderada por el PLI, que decidió retirarse tras el dictamen de la CSJ. Ese día los nicaragüenses elegirán a un presidente, un vicepresidente, 90 diputados nacionales y otros 20 ante el Parlamento Centroamericano. (Con información de EFE y AFP)
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