Una fuga en un ducto de combustible originó esta tragedia en el estado mexicano de Hidalgo. Si bien inicialmente se reportó un veintena de fallecidos, el Gobierno elevó la cifra este sábado por la mañana.
Al menos 66 personas murieron este viernes y decenas resultaron heridas con quemaduras en el estado mexicano de Hidalgo (centro), debido a una explosión de un ducto de combustible que presentaba una fuga y donde pobladores aprovechaban para robar el carburante.
"El saldo que tenemos hasta hace unos minutos (...) es de 66 personas fallecidas y 76 personas heridas", dijo Omar Fayad, gobernador de Hidalgo, en un conferencia de prensa en el Palacio Nacional de Ciudad de México, en la que se encontraba el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El estallido ocurrió la tarde del viernes en la comunidad de Tlahuelilpan, localizada a unos 120 km de la capital, luego de que un ducto fuera perforado por traficantes de combustible y cientos de personas, incluidas familias enteras, se lanzaron para llevarse gasolina en distintos contenedores.
Dos horas después de que fuera perforado, "se nos informa que había habido una explosión" y "las llamas estaban consumiendo todo lo que había alrededor", añadió Fayad. La investigación de "los hechos va a estar a cargo de la Procuraduría General" (fiscalía), dijo de su lado López Obrador.
Crisis por el combustible
El ducto, informó de su lado en la conferencia Octavio Romero, director de Pemex, estaba en proceso de ser llenado luego de que el 23 de diciembre pasado su operación fue suspendida en el marco de una estrategia lanzada por López Obrador para combatir el llamado "huachicolero", como se conoce el robo y tráfico de combustible y que en 2017 dejó pérdidas por 3.000 millones de dólares, según cálculos de Pemex.
Elementos del Ejército y fuerzas policiales locales se acercaron al sitio donde el ducto fue perforado pero no consiguieron contener a los civiles que corrían con sus contenedores para llevarse el combustible. Imágenes captadas justo después del estallido muestran a numerosas personas gritando y corriendo mientras sus cuerpos ardían en llamas.
El sitio de la explosión amaneció custodiado por militares mientras en el ambiente aún se percibía un fuerte olor a combustible, constató un equipo de la agencia AFP. Los cuerpos carbonizados permanecen en el lugar en la posición en la que fallecieron --algunos con los brazos o una pierna levantada--, mientras especialistas trabajan en la zona en su identificación.
AFP
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