El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) viene implementando puntos de monitoreo en diversas ciudades del país, pero no son suficientes para conocer de forma certera los niveles de contaminación que se respiran.
El monitorio del aire en Lima y Callao lo realizan SENAMHI y DIGESA, que cuentan con estaciones en distintos puntos de la capital y la provincia constitucional. Son los municipios los que poseen las competencias para monitorear el aire, pero no la realizan de forma constante, lo que deja vacíos de información con respecto al tema.
Los contaminantes del aire más comunes en áreas urbanas son las denominadas “partículas contaminantes” (PM), y el dióxido de nitrógeno (NO2). Este último es un gas contaminante, generado principalmente por la combustión de vehículos motorizados (carros, buses, mototaxis, motos, entre otros).
Estas partículas son muy pequeñas, pueden ser sólidas o líquidas, e ingresan al organismo a través de la respiración. Hay las denominadas PM10, partículas menores a 10 micrómetros (la milésima parte de un milímetro) y las PM2.5, las menores de 2.5 micrómetros. Ambas representan un serio riesgo para la salud, generan daños en el sistema respiratorio y digestivo, y son generalmente residuos de cemento, hollín, partículas metálicas, combustión de vehículos o fábricas.
Esto representa un problema medioambiental que tiene repercusiones en la salud pública de los peruanos. Según el Ministerio de Salud, las enfermedades respiratorias son las más frecuentes a nivel nacional. Resulta necesario levantar más información en ciudades que no tienen este tipo de medición ni un monitoreo de la calidad de aire.
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