Los cánticos de "Muerte a América" y "Muerte a Israel" volvieron a resonar con fuerza frente a la legación diplomática estadounidense, hoy convertida en un centro cultural y museo
Irán conmemoró un nuevo aniversario de la toma de la embajada estadounidense en Teherán en 1979, un día empleado por las autoridades de la República Islámica para insistir en la "independencia" del país y en defender los principios básicos de la Revolución Islámica en su lucha contra la "arrogancia".
Los cánticos de "Muerte a América" y "Muerte a Israel" volvieron a resonar con fuerza frente a la legación diplomática estadounidense, hoy convertida en un centro cultural y museo, en una ceremonia destinada a recordar todos los agravios sufridos por Irán a manos de los EEUU y sus aliados occidentales.
Todos los actos, discursos y actividades como la ritual quema de banderas de EEUU, Israel y el Reino Unido también sirvieron para demostrar que pese al deshielo entre Irán y la comunidad internacional al calor del acuerdo sobre su programa nuclear, aún queda mucho para aproximar posturas entre la República Islámica y Occidente.
Como un mantra repetido con asiduidad tanto por las más altas autoridades como por los anónimos manifestantes, se insistió en que mientras Washington no cambie su postura hacia Irán, éste país continuará siendo uno de sus más acérrimos enemigos.
En un ambiente entre festivo y reivindicativo, miles de personas se acercaron a la antigua embajada, conocida como el "Nido de Espías" en la jerga oficial iraní, para corear eslóganes, quemar banderas y reafirmar los valores establecidos por el ayatolá Ruholá Jomeini al inicio de la Revolución Islámica.
Entre los manifestantes, además de algún que otro grupo de veteranos de la Revolución y de la guerra con Irak (1980-1988) y fervorosos religiosos chiítas, destacaba la presencia de jóvenes mujeres, muchas en edad escolar, que bajo sus rigurosos velos de cuerpo entero añadían sus voces a los coros que pedían también, entre otras muchas cosas, el fin de la monarquía saudí por su apoyo al terrorismo de Estado Islámico.
Antes de la marcha, el presidente iraní Hasán Rohaní, un clérigo de tendencia moderada, subrayó en declaraciones recogidas por la prensa local que la toma de la embajada estadounidense por los estudiantes revolucionarios constituyó "uno de los pilares de la independencia de Irán" y un "hito" en la lucha contra "la arrogancia" de Washington.
El líder iraní, Alí Jameneí, también se refirió antes de la marcha al papel de los estudiantes islámicos para defender la Revolución y pidió a los jóvenes de hoy "que no olviden los siniestros planes del enemigo" hacia Irán "y que le griten a América lo más alto que puedan".
Jameneí apuntó además que el lema "Muerte a América" obedece no a causarle daño al "pueblo americano", sino a ponerle fin a las políticas de su Gobierno.
"Nos manifestamos contra los líderes estadounidenses, contra sus engaños y proyectos contradictorios, porque han oprimido a esta nación y porque tratan de humillarla", confirmó a Efe Seyed Aghaí, un veterano participante en la movilización.
Fateme Amani, una jovencísima manifestante, también insistió en la misma idea de que son los líderes de EEUU los responsables de la mala relación entre ambos países y que es por ellos que sigue vivo el lema de "Muerte a América".
"Mientras sigan teniendo ese carácter arrogante y busquen tenernos bajo su poder colonial, ese pedido de muerte a EEUU seguirá y mientras estemos vivos la lucha seguirá", añadió.
El asalto a la sede diplomática de EEUU fue llevado a cabo por un grupo de estudiantes que apoyaban al ayatolá Jomeini y para protestar por el apoyo de Washington a los enemigos de la Revolución.
El ataque derivó en el secuestro de 54 funcionarios estadounidenses durante 444 días y provocó la ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos países que aún perdura.
EFE
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