Los ciudadanos de un pueblo en Rusia protestaron contra la edificación y lograron que el propio Vladímir Putin, presidente del país, escuche sus pedidos.
El proyecto de construcción de una catedral ortodoxa en el parque de la ciudad rusa de Ekaterimburgo, en los Urales, fue suspendido el jueves tras varios días de manifestaciones y enfrentamientos con la policía. "Hemos suspendido las obras" declaró el alcalde de la ciudad, Alexandre Vyssokinski, a la agencia estatal Tass, quien anunció un sondeo para determinar el futuro del proyecto.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, había pedido horas antes que se tomara en cuenta la opinión de los opositores a la construcción. "Si la gente que vive allí está en contra [...] hay que tener en cuenta esa opinión", dijo Putin en una conferencia en la ciudad de Sochi. "Una catedral tiene que unir a la gente, no desunirla", aseguró.
Esta semana miles de personas se manifestaron a diario en un parque en el centro de esta ciudad de 1,4 millones de habitantes, el lugar donde estaba previsto construir la inmensa catedral ortodoxa. Putin propuso organizar un referéndum entre los vecinos tras el cual "la minoría tendrá que obedecer a la mayoría". "Pero la opinión y los intereses de esta minoría también tienen que ser tomados en cuenta", añadió.
Consultarán a los ciudadanos
El alcalde prometió un sondeo "no sobre 100, 200 o un millar de personas", sino "una elección representativa", sin más detalles. Las manifestaciones masivas, poco frecuentes en las provincias rusas, provocaron enfrentamientos entre partidarios y detractores y hubo numerosos arrestos, 70 el miércoles por la noche, según la policía local.
En los últimos años hubo conflictos similares por los proyectos del patriarcado ortodoxo ruso de construir nuevos templos, que consideran necesarios por la destrucción de numerosos templos durante el periodo soviético.
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