Frode Berg recopilaba datos sobre submarinos atómicos de Rusia y buscaba venderlos, según la acusación de las autoridades del país gobernado por Vladímir Putin. Él asegura que le tendieron una trampa.
El ciudadano noruego Frode Berg, acusado en Rusia de espionaje, recopilaba datos sobre los submarinos atómicos rusos, declaró hoy la fiscal Milana Digáeva. Según dijo a la agencia Interfax la jurista, Berg recibía esta información de manos de "un empleado de una empresa de Defensa rusa, supervisado por los servicios de inteligencia" rusos, que habrían tendido una trampa al noruego.
Digáeva indicó que el acusado cooperaba con los servicios de inteligencia noruegos con ánimo de lucro. El Tribunal de Moscú abrió la semana pasada el juicio contra el ciudadano noruego. Y comenzó con el interrogatorio a los testigos de la Fiscalía.
La corte prorrogó cinco meses el arresto del presunto espía, con lo cual este estará bajo custodia hasta el 22 de septiembre de 2019. Berg fue detenido por los servicios secretos rusos el 5 de diciembre de 2017 en Moscú y al día siguiente fue puesto a disposición de la Justicia, que decretó prisión preventiva.
Dinero a cambio de secretos
De acuerdo con la investigación, el ciudadano noruego habría enviado dinero por correo desde Moscú a varios rusos reclutados por un servicio de espionaje extranjero para obtener información secreta de instalaciones militares. Según su abogado, Iliá Nóvikov, el noruego niega su culpabilidad y dice que enviaba los correos a solicitud de un conocido de Oslo que le aseguró que "el dinero era para una persona que lo necesitaba mucho".
Nóvikov apuntó anteriormente que Berg podría haber sido víctima de una provocación de los servicios de inteligencia rusos. La defensa de Berg se ha quejado varias veces de la falta de ayuda de las autoridades noruegas, que se han negado a confirmar si trabajaba para sus servicios secretos. EFE
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