El presidente ucraniano Volodímir Zelenski juró vencer "el mal ruso" al visitar junto a dirigentes europeos la localidad de Bucha, en ocasión del primer aniversario de la liberación de este lugar símbolo de las atrocidades atribuidas al ejército de Rusia.
Ucrania recordó hoy la masacre rusa en Bucha un año después de la liberación de esta ciudad al norte de Kiev, y exigió castigos para Rusia, que se niega a reconocer su responsabilidad en estos hechos investigados por Occidente como presuntos crímenes de guerra.
"Cuando liberamos Bucha vimos que el diablo había llegado a la tierra. La terrible verdad sobre lo que sucedió en los territorios temporalmente ocupados fue revelada al mundo", declaró el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien visitó hoy la localidad junto a cuatro mandatarios europeos.
Nunca olvidaremos
"Nunca olvidaremos a las víctimas de esta guerra y llevaremos a todos los asesinos rusos ante la justicia", añadió el mandatario, que denunció que durante los 33 días de ocupación rusa en Bucha murieron "más de 1 400 personas, incluyendo 37 niños".
Zelenski, quien otorgó el título de "Ciudad Héroe" a Bucha, recordó que "más de 175 personas fueron encontradas en fosas comunes y cámaras de tortura", al señalar que la localidad se convirtió en "un símbolo de las atrocidades del ejército ocupante".
"Vamos a vencer sin falta en esta batalla. El mal ruso será derrotado justamente aquí, en Ucrania, y jamás se volverá a levantar. La humanidad vencerá. Pero la humanidad debe recordar cada ciudad ucraniana cuyo heroísmo y resistencia garantizan el futuro a todos los que valoran lo más importante, la vida", declaró durante el homenaje.
El jefe de Estado ucraniano estuvo acompañado por los primeros ministros de Eslovaquia, Eduard Heger; Eslovenia, Robert Golob; y Croacia, Andrej Plenkovic; además de la presidenta moldava, Maia Sandu.
Junto a ellos depositó velas rojas en el memorial dedicado a las víctimas de la matanza.
Durante el acto se revelaron los nombres de las 77 víctimas que fueron halladas e identificadas en una fosa común, además de 11 soldados ucranianos caídos en la batalla por el control de la ciudad.
El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, afirmó desde Bruselas que lleva consigo "las horrendas imágenes" de ese crimen y recordó que los Veintisiete "ayudan a Ucrania a investigar tales delitos y recopilar pruebas" para que no haya impunidad.
Rusia exige investigación independiente
Rusia mientras tanto ha guardado silencio sobre esta efeméride. Siempre ha mantenido que se trató de un montaje.
La portavoz de Exteriores, María Zajárova, volvió este jueves a negar categóricamente cualquier responsabilidad de Rusia en las muertes y pidió a Naciones Unidas un listado completo de las víctimas a fin de promover una "investigación independiente" de los hechos.
"Quiero recordar que nuestra petición al secretario general de la ONU, António Guterres, sigue vigente, y no hemos recibido respuesta alguna hasta ahora", indicó.
Según Zajárova, la ONU respondió a Rusia que estos listados están en internet, ante lo cual Moscú insistió en su deseo de acceder a las listas oficiales.
"Para establecer la verdad (...) es necesaria una investigación honesta, imparcial e independiente, que debe enfocarse en cuatro asuntos: identificar los cadáveres, la hora y las causas de las muertes y las huellas de posible traslado de los cuerpos", indicó.
Sin novedad en el frente
En tanto, continúan los combates en el este de Ucrania, con todas las miradas puestas en la ciudad de Bajmut, donde tienen lugar los enfrentamientos más cruentos de la campaña ucraniana.
El estadounidense Instituto de Estudios de la Guerra constató el grupo de mercenarios rusos Wagner, punta de lanza de la ofensiva rusa en esta urbe "logró avances marginales".
El jefe de Wagner, Yevgueni Prigozhin, reconoció hoy que el Ejército ucraniano planta cara a las fuerzas rusas, que se ven obligadas a tomar la ciudad prácticamente casa a casa.
"El Ejército ucraniano no huye a ningún lado", afirmó, al constatar que los militares ucranianos "libran una batalla sangrienta y defienden Artiómovsk (nombre ruso de Bajmut) a un precio de pérdidas muy graves".
En este contexto, el presidente de la vecina Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, abogó hoy por un alto el fuego inmediato y el inicio de negociaciones de paz sin condiciones previas.
"Me atrevo a proponer (...) un alto el fuego sin derecho al movimiento de tropas", dijo durante su discurso anual ante la Asamblea Nacional.
Kiev reaccionó de inmediato: el asesor presidencial ucraniano Mykhailo Podolyak tuiteó que "cualquier alto el fuego permitirá a Rusia a permanecer en los territorios ocupados", en referencia a las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, anexionadas por Moscú en septiembre pasado.
"Esto no se puede permitir bajo ningún concepto. Ucrania tiene derecho a mover tropas y equipamiento bélico en su territorio según estime necesario", afirmó, al señalar que "los pacificadores extraños" como Lukashenko "lucen ridículos".
(Con información de EFE)
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