En Serbia hay bares que llevan el nombre de Vladímir Putin, camisetas y tazas que ensalzan su figura y muros pintados con su rostro. Para celebrar su llegada, tres cazas serbios escoltaron su avión, sonaron las campanas de las iglesias y los cañones de ceremonias dispararon.
Vladimir Putin abogó por una estabilidad en los Balcanes, región de Europa que según él está amenazada por las potencias occidentales, durante su visita triunfal en Serbia, su principal aliado en la región. Sobre Kosovo, el presidente ruso -quien fue recibido como un ‘superestrella’- explicó que para "lograr una estabilidad en la región", hacía falta "hallar compromisos" y "saber respetarlos".
La devoción por Vladímir Putin en Serbia tiene una lógica política. Rusia es el principal apoyo de esste país, que no reconoce la independencia proclamada en 2008 por Kosovo, su exprovincia. En este tema, aún delicado veinte años después del final de la guerra entre serbios y rebeldes independentistas albanokosovares (1998-1999), la negativa del Kremlin impide que Kosovo sea reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"Debido a su peso en el Consejo de Seguridad de la ONU, está claro que no habrá solución sin Rusia", dijo este jueves el presidente serbio Aleksander Vucic sobre su intención de encontrar un acuerdo de normalización de las relaciones con Kosovo. mientras las conversaciones auspiciadas por la Unión Europea (UE) están en punto muerto desde hace meses. "Tanto Rusia como Serbia tienen interés en que la situación en los Balcanes sea estable y no peligrosa", agregó Vladimir Putin quien critica a las potencias occidentalas por -según él- amenazar esta estabilidad, al querer imponer su dominación.
Putin superestrella
Vladímir Putin fue acogido como una "superestrella" en Serbia, donde hay bares que llevan su nombre, camisetas y tazas ensalzando su figura y muros pintados con su rostro. Para celebrar su llegada, tres Mig-29 serbios escoltaron su avión, sonaron las campanas de las iglesias y los salvas de cañones de ceremonias. Aleksandar Vucic le regaló un cachorro de pastor alemán.
"Estoy encantado de poder visitar la Serbia amiga, fraternal, de hablar de lo que ya hemos hecho y de dibujar las perspectivas de nuestra cooperación posterior", comentó Vladimir Putin que, con ocasión de esta cuarta visita a Serbia, debía condecorar a su homólogo con la medalla del orden de San Alejandro Nevski, alta condecoración de Estado ruso. En las calles, decenas de miles de serbios desfilaron con banderas en honor del "querido presidente Putin", su "estimado amigo", como rezaban enormes carteles.
Este impresionante desfile les condujo hasta la iglesia de San Sava, uno de los lugares de culto ortodoxos más grandes del mundo, cuya renovación fue financiada en parte por el gigante ruso Gazprom y donde los serbios debían aclamar a Putin. Más allá de sus lazos históricos, religiosos y culturales con su "gran hermano eslavo ortodoxo", los serbios están agradecidos por su apoyo en su relación con Kosovo.
"La Unión Europea se descompone"
Aunque Serbia aspira a entrar en la Unión Europea, se niega a secundar las sanciones internacionales contra Rusia tras la anexión de Crimea. Vladimir Putin es "la salvación de Serbia. La Unión Europea se descompone, cuando entremos ya no existirá", comentó delante de la iglesia de San Sava Mitar Pekic, de 66 años, un general jubilado. Jelena Bogicevic, una jubilada "algo más vieja que Putin" fue a "rogarle que nos ayude a salvar Kosovo".
El entusiasmo no oculta los recientes reveses que Rusia sufrió en los Balcanes. Moscú no pudo impedir que Montenegro se uniera a la OTAN en 2017, algo que intenta ahora Macedonia. Si Skopje lo logra, todos los países fronterizos con Serbia estarán en la esfera de la OTAN, exceptuando Bosnia.
El gas, sector clave
La relación ruso-serbia "es más emocional que racional", asegura en Belgrado la analista económica local Biljana Stepanovic. Según un estudio de diciembre de 2017 del gobierno serbio, un 24% de los habitantes creen que Rusia es el principal donante del país, cuando en realidad el 75% de las donaciones provienen de la UE o de países miembros del bloque.
En lo que respecta a las inversiones directas y a los intercambios comerciales la proporción es similar, a favor de Europa. "Rusia es uno de los mayores inversores en la economía serbia, quizás incluso el mayor inversor", dijo en cambio Vladímir Putin, y recordó que "la energía era el sector clave de la cooperación" entre los dos países.
Serbia importa de Rusia los dos tercios de su gas natural y de su petróleo bruto. "De aquí a 2022", Gazprom "contempla aumentar las entregas de gas ruso a Serbia a 3.500 millones de metros cúbicos", señaló Vladimir Putin, añadiendo que su país estaba dispuesto a invertir 1.400 millones de dólares "para ampliar el gasoducto Turkish Stream [que debe unir Rusia y Turquía con el mar Negro] hacia los países europeos".
AFP
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