A 15 años de los atentados del 11 de setiembre, la madre de Mohamed Atta asegura que la supuesta responsabilidad de su hijo es un complot de los EE.UU.
La madre de Mohamed Atta, uno de los responsables del atentado del 11 de setiembre, se niega a creer la culpabilidad de su hijo y asegura que está vivo y preso en Guantánamo. 15 años después del ataque terrorista que cambió al mundo, para Bozaina Mustafa su hijo es víctima de un complot.
Negación. Bozaina Mohamed Mustafa Sheraqui nació en Egipto hace 74 años. Los últimos 15 han estado marcados por el recuerdo de su hijo Mohamed Atta. Para el resto del mundo, él fue el autores ideológicos y materiales del secuestro del vuelo 11 de American Airlines, el mismo que luego se estrelló contra la una de las Torres Gemelas, la ‘torre norte’, la primera de las dos en ser atacada. "Ha pasado mucho tiempo y no queremos volver a sentir la tristeza de entonces. Es la razón por la que nos hemos negado siempre a hablar con los medios”, relata la mujer en diálogo citado por El Mundo.
Complot. En el 2001, el padre de Mohamed Atta también negó la culpabilidad de su hijo. "Está escondido en algún lugar para no ser asesinado por los servicios secretos estadounidenses". Su teoría se mantuvo en pie hasta el 2008, año en el que murió. Antes de desaparecer, le exigió a la CNN 5,000 dólares por una entrevista, dinero con el que planeaba financiar nuevos ataques terroristas. Tras su muerte, su esposa y sus hijas no volvieron a hablar. Hasta ahora. “Está vivo y creo que está en Guantánamo”. Para la madre, todo fue un complot, una “película que ideó EE.UU.”.
La teoría. “Está vivo y éste es el mensaje que le envío a mi hijo. Creo que está en Guantánamo. Hijo, quiero verte antes de morir. Ya tengo 74 años y vivo con la esperanza de que has sobrevivido. Sé que nunca hiciste nada malo y que jamás podrías hacer eso que van diciendo por ahí. Estoy esperando tu regreso. Ellos (Estados Unidos) están ocultando la verdad”, dice la mujer. La historia oficial dice otra cosa. Mohamed Atta viajó a Alemania en 1992 para hacer su tesis de arquitectura. En los próximos años fue seducido por el terrorismo hasta que en 1997 viajó a Kandahar (Afganistán), el bastión de los talibanes, donde fue rebautizado por estos como Abu Abdelrahman al Masri. Desde allí planeó los ataques a las Torres Gemelas, los cuales llevó a cabo junto a un escuadrón de 19 suicidas el 11 de setiembre del 2001.
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