El cantante madrileño puso a sus pies a 14.000 almas en el Barclaycard Center de la capital española.
Como era de esperar, como sucede cada vez que actúa en "casa", Alejandro Sanz ha convertido el primero de los tres conciertos que ofrecerá en Madrid dentro de su gira "Sirope" en una fiesta con el público a sus pies y él, ahora como hace 25 años cuando empezó, pisando fuerte.
Con ese tema, "Pisando fuerte", se cierra su actual espectáculo y es, junto con "Viviendo deprisa", uno de los atractivos de este "tour", una anécdota en realidad que permite recuperar en clave discotequera unas canciones de post-adolescencia que lo encumbraron allá por 1991 y que no había vuelto a tocar en sus giras.
"Madrid es mi casa, así que esta noche significa mucho y, además, este concierto es una responsabilidad, porque vamos a grabarlo en DVD; pasároslo lo mejor posible, abrazaos, cantad, bailad, que esta es vuestra noche y va a quedar registrado", ha anunciado al inicio de la velada celebrada en el Barclaycard Center, ante el aforo completo de 14.000 personas, según la organización.
No todo es funk, jazz y blues en este "Sirope" que tiene también mucho de retrospectivo, con temas rescatados de sus diez discos de estudio bajo el pseudónimo de Alejandro Sanz, excepto de "Si tú me miras" y de "El tren de los momentos".
Quizás sabe a poco el popurrí en el que aborda temas como "Amiga mía", "Mi soledad y yo" o la enorme "Y si fuera ella", pero a cambio interpreta íntegras "Lo ves" (a solas al piano), "Desde cuándo", una apoteósica "No es lo mismo", el imprescindible "Corazón partío" o los citados "Viviendo deprisa" y "Pisando fuerte".
Así trenza dos horas y pico de música en las que traslada la historia de la realización de un sueño, el de subirse a un escenario desde que un buen día viera actuar a Paco de Lucía en Algeciras (Cádiz), la tierra de su padre.
"Al final lo que hay que poner aquí encima es el corazón" ha dicho ya en su despedida, tras darse golpes de pecho al grito de "Madrid, Madrid de mi alma", al que volverá mañana miércoles y de nuevo el viernes y en el que, afortunadamente, hace años se le partió el corazón "unas 40.000 veces".
EFE
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