El Festival de Viña del Mar "perreó" al son de Daddy Yankee

EFE

El cantante puertorriqueño de reguetón Daddy Yankee puso a "perrear" este viernes al Festival de Viña del Mar con un espectáculo de baile, luz y color que hizo vibrar a los más de 15.000 espectadores que colmaron la Quinta Vergara, sede del certamen.

El artista completó una noche teñida de color boricua que dio inicio con las baladas y el romanticismo de Luis Fonsi y contó con una clausura de lujo con el reguetonero, una de las actuaciones más esperadas de la semana.

Digan lo que digan los críticos y los puristas musicales sobre el reguetón, nadie puede negar que el género ha pegado duro en todo el mundo, y Chile no es una excepción.

Daddy Yankee ideó una puesta en escena acorde con la parafernalia que lo rodea, y fue presentado a través de la pantalla gigante por el popular presentador televisivo Don Francisco, que avisó a la gente sobre lo que se venía: "Lo van a pasar de lo mejor con lo mejor del espectáculo urbano".

El artista apareció en una plataforma que se alzó desde debajo del escenario, envuelta en humo, con la mirada desafiante entre los gritos histéricos del graderío. Entonó "Machucando", acompañado por un grupo de nueve febriles bailarines, junto al resto de la banda, donde había, a parte de los instrumentos habituales, un DJ con una mesa de mezclas.

Pertrechado con unos pantalones negros, zapatillas azules de charol y chaqueta a juego, y una gorra de "rapero" con el famoso logotipo de los New York Yankees, el boricua no cesó de pedir la colaboración del público, que obedeció feliz y sin rechistar.

Sonaron "Nuestro amor se acabó", "Mayor que yo" y "Qué tengo que hacer", con la que consiguió que más de 30.000 brazos se movieran al son de la música. Daddy Yankee, quien no cesó de autoproclamarse "the big boss" y el "jefe", puso patas arriba la Quinta Vergara con "Pose", tema que forma parte de la banda sonora de la película "Talento de barrio", interpretada por el boricua.

Siempre sin salir del reguetón, Daddy Yankee eligió un repertorio donde combinó canciones más melódicas, reguetón puro y duro y también compases de rap, muchas veces improvisado y mencionando a Chile y su público.

Uno de los instantes más especiales se dio cuando el artista pidió dejar el recinto a oscuras e instó a los espectadores a alzar sus teléfonos móviles, que dieron una iluminación única a la Quinta Vergara. Luego vinieron "Rompe" y "Somos de calle", una canción dedicada a los barrios humildes latinoamericanos, de donde él es originario.

En la segunda parte del "show" llegaron los temas más coreados por los espectadores, como "Lo que pasó, pasó", "Llamado de emergencia" y "Ella me levantó". Tras casi una hora y media de espectáculo, Daddy Yankee dijo adiós y se retiró del escenario entre la petición desesperada de la gente, que no quería irse a casa.

Los músicos de la banda también se quedaron en sus posiciones, dispuestos a tocar una última canción, aunque el "rey" del reguetón decidió que había sido suficiente. Son las reglas del "jefe".

-EFE-