En el espíritu de su nuevo proyecto ha jugado un papel importante la presencia de su nuevo productor, Bob Rock.
Diez años después de la publicación de su primer disco, el canadiense Michael Bublé, considerado un nuevo "crooner" del siglo XXI, ofrece un viaje por los "diferentes tipos de amor" a través de su nuevo y "mejor" álbum "To be loved" , un trabajo en el que se impregna de "felicidad y diversión".
"Es el mejor álbum que he hecho", dijo en una rueda de prensa en Roma con motivo de la presentación de su nuevo disco, en el que el cantante sigue apostando por su fórmula de llevar los grandes clásicos de la canción al terreno del swing, aunque esta vez con mayores dosis de poprock que en sus trabajos anteriores.
Su nuevo álbum llega en un momento en el que Bublé dice sentirse "más seguro que nunca" como artista y "feliz" como persona, sobre todo ahora que él y su mujer, la actriz argentina Luisana Lopilato, esperan la llegada de su primer hijo.
"He amado, me han dejado, he roto el corazón. He vivido. Estoy preparado para hacer buena música", reconoció el canadiense, de 37 años, quien acumula tres premios Grammy desde que publicó su primer disco, "Michael Bublé", en 2003.
Como resultado de esta experiencia vital surge "To be loved,", "un álbum que habla por sí mismo", compuesto por una decena de clásicos versionados, y cuatro canciones inéditas, entre las que destaca "After all", escrita en colaboración con su compatriota Bryan Adams, por quien Bublé ha asegurado sentir una gran admiración.
El disco, compuesto de 14 canciones, se cierra con "Young at heart", una pieza con la que Bublé quiere rendir homenaje a Frank Sinatra, quien desde el inicio de su carrera le ha servido de inspiración musical y estética, hasta llegar a ser considerado por algunos como el Sinatra del siglo XXI.
Y es precisamente esta inspiración lo que Bublé quiere continuar plasmando en sus próximos discos, porque es lo que le "gusta", y por ello, subrayó, seguirá apostando por mezclar nuevas interpretaciones de viejos clásicos con canciones propias.
Convencido de que aún no ha alcanzado el punto máximo de su carrera, el cantante aseguró estar deseoso de seguir trabajando y mostrar al público su música, aunque precisó que su vida familiar desempeña un papel muy importante en su carrera.
"Para mí es más importante ser un padre de familia que una estrella", aseguró el canadiense.
EFE
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