El sensual y susurrante ritmo de la bachata se apoderó del Estadio Nacional, en el que casi 20 mil personas se sometieron hipnóticamente a la música de Romeo Santos.
Pasaron apenas dos años desde su última llegada al Perú, pero las fans del conocido "Rey de la bachata" se mostraron impacientes por su aparición en el escenario del Estadio Nacional.
Luego de un preámbulo nacional a cargo de Anna Carina Copello y la Gran Orquesta (de Christian Domínguez y otros excantantes de conocidos grupos de cumbia), el famoso cantante neoyorquino de origen dominicano irrumpió en el escenario tras un breve intro musical con sus más exitosas canciones.
El exlíder de Aventura se apersonó ante su público al promediar las 9:40 de la noche para ofrecer un espectáculo imperdible para los amantes del género y que deshizo a las asistentes en efervescencias hormonales, pasos de baile pegadizos y gritos sollozantes de emoción.
"Inocente" fue la canción que abrió la extensa gala, que se extendió por más de dos horas y antepuso a un sonoro "¡Buenas noches, Lima, Perú!" que alocó al público en su mayoría mujeres. Romeo Santos sin duda es un cantante de gran afinidad con este público, y así lo demostraron no solo féminas que pagaron su entrada para el show, sino también bomberas, policías y vendedoras, todas buscando estar lo más cerca del "Rey de la Bachata".
"Amigo", "Loco", "Necio", "Te pido de rodillas", entre otras fueron las canciones que pusieron a bailar y cantar al coro humano de luminarias que iluminó a la estrella latina con sus celulares, más de lo que pudieron hacer los reflectores del escenario. El momento más sensual de la noche llegó con "Noche de sexo", un clásico del artista que a ritmo de reggaeton puso a todos a menear las caderas.
El músico estuvo acompañado de dos coristas y once músicos, entre los que destacó un guitarrista que hacía chillar a su instrumento de forma orgásmica, hipnotizando a las presentes con ese característica punteo ardiente de cuerdas que tanto caracteriza a la bachata.
El escenario, ornado de pantallas como fondo tuvo una escalera central con alfombra roja flanqueada por dos feroces leones y como detalle, un pedestal en forma de corona que demostraba la realeza de Santos en el género musical que interpreta.
Entre los momentos cumbres de la noche, sin duda estuvieron la invitación de dos integrantes del público a acompañar al intérprete en escena. El primer turno fue de un representante de los pocos caballeros que ahí se encontraban para ayudar a Romeo en la interpretación de "Ella y yo", famosa canción que popularizó junto a Don Omar.
Por otro lado, la representante de la mayoría ahí afincada fue una joven emocionada hasta el casi desmayo por ser elegida por Santos para ser la musa peruana de la noche, y recibir del bachatero una "Propuesta Indecente" de sus labios. Sin duda, aquella joven fue la más odiada en todo el perímetro del coloso deportivo.
Humo y papel confetti marcó la despedida, luego de dos horas de show, y volaron por las cabezas del público para decirle "hasta pronto" a uno de los cantantes más sonados del momento y con una popularidad más que afianzada en Perú.
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