Su trayectoria, la diferencia entre ser una banda a fines de los noventas y el día de hoy, la convivencia entre el rock y otros géneros, y los grandes festivales en el Perú. RPP Noticias conversó con los miembros de Diazepunk, una de las bandas de más importantes del circuito alternativo del rock peruano, que celebra este sábado sus 20 años con un concierto en el Centro de Conveciones Festiva del Centro de Lima.
Para toda una generación de aficionadas al rock en el Perú, particularmente los que criaron en la escena alternativa de la década pasada, Diazepunk ha sido una banda que marcó época a nivel local. Como una de las bandas más populares de la movida de punk melódico o ‘chikipunk’, junto a contemporáneos como 6 voltios y otros más experimentados como Inyectores, la banda formada por Charly, Take, Javi, Gutty y ‘Mapache’ se posicionó como una de las más pedidos y que más gente llevaba los festivales de rock/punk de la década, como los recordados ‘Rock en el Parque’.
Esta escena, la escena ‘chikipunk’, perdió fuerza a fines de la década pasad por diversos factores y fue desplazada por las bandas de fusión y las indie. Sin embargo, y a pesar de haber pasado por unos meses de separación, los Diazepunk lograron mantenerse activos y relevantes, y hoy apuestan por una escena diversificada, con show en los que se puedan juntar bandas nuevas y antiguas, de punk y de rock fusión. De hecho, fueron los primeros en incluir a Wendy Sulca en un concierto de rock.
Este sábado, la banda cumple 20 años de trayectoria y lo celebrará con un concierto en el Festiva del Centro de Lima, donde se reunirán con algunas de las bandas de su movida original como 6 Voltios, Inyectores, Tragakorto y 3 al Hilo, y otras más jóvenes a las que buscan darles espacio, como Kill Amigo y Las Tetris. Además, el concierto será grabado para ser publicada luego como un especial. RPP Noticias conversó con el vocalista Carlos García (Charly), el bajista Javier Landa (Javi) y el guitarrista Takeshi Nakankari (Take) sobre su trayectoria, sus inicios, los cambios en la escena y los conciertos local y lo que se puede esperar del show del sábado.
Están por celebrar los 20 años de Diazepunk. ¿Cuál es el punto de partido que están tomando en cuenta? ¿Cuál fue el momento del inicio de la banda, el punto de partida?
Charly: Nosotros consideramos octubre de 1999 el momento en que la banda empieza a tomarse en serio. Antes era un grupo que ensayaba de vez en cuando, teníamos un par de canciones. Es en octubre del 99 cuando decidimos que vamos a empezar a ensayar religiosamente, que vamos a grabar un disco, vamos a tomarnos en serio esta banda, y grabamos un demo. Hubo un cambio de chip, es como cuando pasas de jugar tu fulbito los fines de semana y de repente dices ‘me quiero dedicar a esto, esto es lo que quiero hacer toda la vida’. Ese momento más o menos fue en octubre de 1999.
Ustedes entran a la escena musical peruana de fines de los noventas ¿Cómo encontraron la escena musical peruana en ese momento? ¿Cuán difícil era para una banda empezar, sacar un disco, armar un demo, ganarse un espacio en los conciertos?
Javi: En esa época era muy distinto porque no había los medios que hay ahora, como internet, el streaming y todo eso. Era difícil encontrar un estudio grabación que sea cómodo, a nuestro alcance. En esa época que grabábamos con lo que teníamos, con lo que nos alcanzaba y de hecho se nota en el nivel de producción que teníamos antes con el que tenemos ahora, porque hoy también es más fácil encontrar estudios de mejor calidad.
Charly: La distancia entre lo mainstream y lo underground hace 20 años era más grande. Ahora nosotros, con Diazepunk, podemos estar en un mismo escenario donde más tarde va a tocar Raúl Romero o Mar de Copas, Río o Líbido. Entrábamos en un circuito, además, donde no había las comodidades que hay ahora. No solo por la calidad de equipos o comodidades para el público en los conciertos como los tener baños portátiles y esas cosas: todo era mucho más precario.
Para publicitar un concierto no era que hacías un evento en Facebook, no. Era todo más difícil porque había que aprender de cero. No había Google, donde ponías ‘imprentas en Perú’ y te salían 40 imprentas. Era ir a buscar las imprentas o llamar a una por una en la guía de teléfonos. Y de ahí tenías que salir a pegar tus afiches porque no existía el evento en Facebook. Teníass que preparar tu engrudo, prepara tus afiches en la mochila, con tu botella de ron con gaseosa, y caminar de toda la Arequipa, toda la Benavides. Yo siento que esa experiencia nos ha dado un mundo, un poquito de calle. La música nos ha dado muchas cosas entre ellas la obligación de aprender a producirnos a aprender a relacionarse con gente que es distinta a ti a conocer otros espacios.
Y cuando eran una banda nueva, ¿cuán difícil era ganarse un espacio en los conciertos, ganarse un público? ¿Ahora es más fácil o todavía cuando sale una banda nueva es difícil ganarse un espacio, a pesar de las redes sociales?
Take: Cuando empezamos a tocar no era que alguien nos dijo ‘Oigan, muchachos, ya les he conseguido 10 fichas’. Era, más que todo, darse la mano entre patas y autogestionarse, crear nuestros propios conciertos. Creo que han cambiado un montón de cosas pero creo que la idea sigue siendo la misma: si no te llama ningún productor, haz tu propio concierto. Y lo de ir ganado fanáticos y eso, es cuestión de tiempo y qué tanta chamba le inviertes a tu trabajo. Tenemos 20 años tocando, que no han sido así de constantes, pero llega un momento en que nos dimos cuenta de que si no nos movíamos, esto no iba a avanzar. Depende mucho de a dónde quieres llegar, más que de esperar la ayuda de un productor que te dé la mano y que te haga famoso. Eso no pasa.
¿Cómo ha cambiado la escena en este años, la relación con la gente y cómo la gente disfruta los conciertos?
Charly: Bueno, ahora en los conciertos los chicos más jóvenes creo que se distraen mucho con el celular, grabando. En nuestra época, por ejemplo, ‘Take’ se distraía mucho fumando marihuana, no necesitaba un celular (risas). Ahí hay una gran diferencia. En general, creo que hoy la producción es distinta. Al inicio teníamos claro que nadie nos iba a dar nada nadie nos iba a dar, ni los locales ni los instrumentos. Metimos las manos a la tierra para empezar a remover y hacer que esto funcione. Ahora hay cosas ganadas y los chicos que llegan, lo hacen a veces con cosas que dan por hecho, que ya están en escena y no, son cosas que han costado mucho esfuerzo y que hay que pelear porque se mantengan ahí ante nosotros.
Antes las bandas estábamos más al frente de la producción, las bandas nos encargábamos. Por eso creo que la escena era tan diversa, porque podíamos elegir poner una banda que nos parecía buena más allá de si tenía seguidores o no. Ahora que los conciertos están más controlados por productores, y que se nos ha hecho más fácil la vida porque ya solo esperamos que nos contraten, ellos deciden con otros puntos de vista, válidos totalmente, pero distintos. Una banda que no les es rentable probablemente no va a llegar. Los chicos de ahora tienen la facilidad de los medios digitales y todo eso, pero a la vez compiten con un montón de bandas de todo el mundo. Lo que espero de las bandas de ahora es que sean más activas en la producción de sus conciertos, que tengan las riendas de su producción y que tengan la claridad o la hambre por ser críticos, por decir cosas, que creo que es algo que, desde que las bandas no estamos al frente de la producción, se ha perdido un poco.
Mencionabas en este caso de los festivales y cómo ha cambiado la forma en que se arman los conciertos. Los conciertos como ‘Rock en el Parque’ marcaron a toda una generación, traían a mucha gente y juntaban a muchas bandas. ¿Extrañan ese tipo de conciertos o creen que fueron parte de un ciclo que se cerró?
Charly: La escena musical peruana es de ciclos que van y vienen. La fusión tuvo su momento, luego regresó el rock más ‘under’, apareció el punk melódico o ‘chikipunk’, que es nuestra escena y creo que es una de las que se ha mantenido más tiempo. Ahora vivimos unos tiempos en que las ‘tribus’ no están tan enemistadas, salvo algunas excepciones, pero siento que la gente del rock/pop no está enemistada con la gente del punk o de la cumbia, y compartimos espacios. Me parece que esto ha funcionado que saludable que ha permitido que haya diversidad en los escenarios. Yo extrañó, sí, el Rock en el Parque, porque eran conciertos más nuestros, más de nuestra escena, más de nuestro entorno. Y porque éramos más chibolos también.
Javi: Así es (risas) Bueno, un cosa que sí extraño un poco es que antes me parecía que esos festivales de Rock en el Parque eran un poco más descentralizados, cosa que ahora ya no es tanto. Podías tocar en Los Olivos, Villa Salvador. Ahora está todo más tirado para Lima.
Hace poco los vi tocar hace poco en el ‘Día del rock peruano’ y por ser un concierto grande tenían una limitación de tiempo bastante definida. Ustedes, como músicos, sienten eso los limita o simplemente es algo con lo que lidiar y en todo caso qué disfrutan más: los conciertos grandes o los más privados, los más íntimos.
Take: A ver, to sé que a ti te gustan los conciertos largos. Por eso este 28 de septiembre va a ser algo por los 20 años de Diazepunk (risas). Todos los conciertos son chéveres, pero sí me gustan más los conciertos donde tienes un poquito más de cercanía con la gente porque eso te retroalimenta. Puedes ya haber tocado 25 canciones y estar con la lengua afuera, pero ves a la gente y eso te llena de energía otra vez, es mágico.
Javi: Claro, también el tener a la gente cerca las escuchas. Escuchas todo lo que están cantando y eso te retroalimenta, como dice ‘Take’. De hecho sí, yo también, por más que disfruto también de los conciertos grandes, disfruto mucho más mucho más los conciertos pequeños, íntimos, con sets largos.
Charly: Creo que son goces distintos. Sin emabargo, en los festivales donde te dan media hora para tocar, es un poco frustrante. Tienes que armar un set de media hora, que son ocho o diez canciones, tienes un reloj al costado que va en cuenta regresiva que te está diciendo te quedan dos minutos, y estás cantando y estás mirando el reloj para no generarle problemas a la producción, lo que generalmente se ensaya. También se disfrutan, es otro tipo de conexión, te exige otra forma de conectar, ser más efectivo en tu conexión con el público. Sin embargo yo sí disfruto más los conciertos donde tenemos tiempo para tocar, como el de este 28 de septiembre en Festiva, y donde puedes hacer sets largos e ir y venir por la historia de tu banda.
Hablabas Charly sobre cómo se ha diversificado la escena más allá del punk y del rock incluso. Ustedes, básicamente como una banda de punk melódico o ‘chikipunk’, ¿cómo hicieron para mantener una presencia fuerte en los conciertos a pesar de el ciclo del ‘chikipunk’ en un momento perdió fuerza? Muchos de sus contemporáneos se separaron, dejaron de tocar, armaron otras propuestas.
Charly: Bueno, nosotros en ese momento le bajamos un poco las pilas a nuestra carrera musical y nos dedicamos a nuestra carrera de modelaje (Risas). En realidad creo que ha sido por necedad, por insistencia, por seguir haciendo, por seguir generando discos. Y si de repente ya no había un Rock en el Parque, íbamos nosotros y organizábamos un concierto en Los Olivos, en el Tequendama, o un concierto en Villa El Salvador, en algún local. No es dejar que te lleve la corriente ni esperar a que las cosas pasen. Creo que eso ha sido una característica de Diazepunk: si no había algo, lo conseguíamos o lo hacíamos. Creo que eso es lo que nos ha permitido tener 20 años tocando, incluso en los momentos en que la escena ha tenido sus bajones.
A inicios de año ustedes hicieron un concierto por la presentación de su último disco, donde hablaron de la importancia de diversificar la escena local. Y justamente creo que ese concierto fue el primero que, dentro del circuito del rock, incluyó a una propuesta como la de Wendy Sulca, si bien no tuvo el impacto mediático que luego tuvo su anuncio en el ‘Vivo x el Rock’. ¿Por qué creen que es importante apostar por esta diversidad por incluir a artistas de géneros variados en festivales que tradicionalmente son de rock?
Charly: Desde que reunimos la banda en diciembre de 2016, parte de lo que conversamos y de lo que planeamos fue que los espacios que nosotros generemos sean espacios diversos. Habíamos notado que en los conciertos había pocas bandas de mujeres en nuestra escena. No conozco una banda de chikipunk, punk melódico, de mujeres en nuestra escena. Así que dijimos que en nuestro concierto siempre iba a haber una banda femenina, una banda de otro género. En la presentación del disco ‘Pop’ pusimos el acelerador a este tema y apareció la oportunidad de invitar a Wendy, a quien ya conocíamos y con quien nos habíamos llevado muy bien, y la invitamos. También invitamos también a No Recomendable, que va más hacia la balada, a la trova, una banda de cumbia como La Nueva Invasión, a quienes también invitamos. Y en nuestro propio show tuvimos un montón de invitados de distintos géneros: Marie Cherry, Las Ratapunk de Cajamarca, tratamos de que haya gente de todos lados.
Un sector lo recibió con mucho cariño, compartió nuestra visión, pero hubo un sector también que creo que se sintió abrumado por tanta diversidad. Ojalá que se les vaya quitando lo abrumados y que se dejen de sonseras y empiecen a disfrutar de toda la diversidad musical que tiene nuestro país, sobre todo la gente joven.
Claro, sabemos lo que pasó hace un mes más o menos que se anunció el cartel completo de Vivo x el rock y toda esta polémica que se generó porque iban a estar Armonia 10, Deyvis Orosco, Camagüey. Ustedes como parte de la escena y como banda que va a estar también en ese festival, ¿cómo ven esta polémica entre cierto ‘purismo’ de algunos fanáticos del rock de rechazar todo lo que no sea rock?
Javi: A mí me parece bien bacán la diversidad de géneros musicales, a mí me gusta bastante. Pienso que si una persona no escucha cumbia entonces que vea a la banda de cumbia y vea todas sus bandas favoritas de rock, que van a tocar con más de 30
Take: ¿Qué le diría a esa gente? Que no sean aburridos pues. Uno va a un concierto a divertirse y si no estás acostumbrado, simplemente te puedes dar la vuelta a otro escenario. O por última: ves y te culturizas un poco. No está de más escuchar de vez en cuando un poco de música diferente. ¡Quítenles el saldo del teléfono a esos muchachos! (Risas)
Charly: Hay mucha fragilidad rockera. Ante cualquier cosa cien ‘no, mi rock es así; si me lo mueves, me siento mal’. No te hace menos ‘rockero’ escuchar otras cosas. De repente no te gusta, pero lo disfrutas y si no, te vas a otro lado. Pero decir ‘no me pongan esto’, ¿qué te pasa? Vaya a su casa, párese derecho.
Take: ¡Yo escucho techno de los noventas a diario!
Además no es poco común en estos últimos años ver a alguien con su casaca de cuero, por ahí su púas, pogueando con el rock y luego verlo bailando cumbia a los minutos
Take: Es casi tan absurdo como que alguien te día que si no vas a Sargento [Pimienta, conocido bar rockero en Barranco] entonces no eres rockero.
Javi: Además yo sí he visto a gente a gente bien punk toneando en conciertos, con una cumbiaza…
Charly: Igual está bien que prefieran escuchar rock, está mostro. Pero de ahí a que vengan a arañarse con lo otro me parece una actitud indigna de un rockero.
Muchas gracias por conversar con nosotros. ¿Algún anuncio o mensaje para los que los van a ver este sábado?
Charly: Agradecerle a todos los que ya se apuntaron y a los que no se han apuntado todavía, háganlo rápido porque está volando las preventas. Estamos muy contentos de volver a tocar otra vez con 6 Voltios, Atómica, Tragokorto, Inyectores, 3 al Hilo, Las Tetris y Kill Amigo. Así que hay de lo antiguo, de lo más o menos antiguo y de lo nuevo. Va a ser un conciertazo, va a ser grabado en vivo. Hoy justo hemos decidido grabar el concierto. No sabemos si para un disco o un DVD, pero se va a grabar en vivo. Prometemos un set largo de Diazepunk, estamos haciendo una selección exhaustiva y precisa de los temas que no pueden faltar en el setlist por nuestros 20 años. Además, viene Anaís Blondet, la tecladista de la banda además y entonces. ¿Qué más se puede pedir? ¿Un millar de fotocopias y un reloj de pared? ¡Ya está todo!
Comparte esta noticia