Crecer y envejecer. El tiempo y la vida
Nuestra vida tiene una fecha de caducidad. Y sobre ello, no hay mucho qué decir. Porque es una condición contunde y universal de la que nadie puede escapar. Sin embargo, en este intervalo de frágil y breve vitalidad, hay mucho qué hacer. Por ejemplo, no dejar de crecer, de aprender y de evolucionar.