Se destruyeron 28 laboratorios de droga, así como más de 123 toneladas métricas de insumos químicos y 10,500 toneladas métricas de hoja de coca.









Un paciente trabajo de inteligencia conjunta entre la Dirandro y la Policía Federal de Brasil permitió capturar a los principales operadores de las mafias del narcotráfico y destruir verdaderas fábricas de droga en el Trapecio Amazónico, límite fronterizo del Perú con Brasil y Colombia.
Un equipo de RPP Noticias llegó hasta la base policial de Caballococha, capital de la provincia de Mariscal Ramón Castilla (región Loreto), donde el jefe de la Dirección Ejecutiva Antidrogas de la PNP, general Vicente Romero Fernández, dio a conocer los resultados de la operación Trapecio III.
En este operativo se destruyeron 28 laboratorios de droga (9 en Santa Rosa y 19 en Caballococha), así como más de 123 toneladas métricas de insumos químicos y 10.500 toneladas métricas de hoja de coca.
Romero Fernández también precisó que se destruyó 16.800 toneladas métricas de droga; y "lo más importante" es que se capturó a los principales cabecillas de las mafias del narcotráfico del Trapecio Amazónico como Jesús Marcos Ardela Michue, alias " Chibolo", quien tiene en su prontuario los asesinatos al suboficial técnico de primera Edgar Chang Palomino (peruano), Leonardo Matsunaga y Mauro Lobo (de la Policía Federal de Brasil), en el 2008.
Jesús Ardela, es investigado también por la muerte de 200 personas y ejecutor de operaciones armadas (secuestros, asaltos, seguridad de traslados y caletas). "Tiene un perfil violento y sanguinario", asegura el oficial.
Otro de los detenidos -no menos importante- es Asunción Arevalo Pereira (57). Este grupo había tomado el poder en el año 2011, luego de Antonio Porras Do Santos (2005-2008) y Jair Ardela Michue (2008-2011).
TRABAJO DE INTELIGENCIA CONTRA LA MAFIA
Hasta la década del 90, Loreto sólo era reconocida como una zona de tránsito de la droga, pero en estos años, las mafias han articulado sus organizaciones y aprovechan la oscuridad, en la madrugada y noche, para introducir su droga de Santa Rosa, Caballococha, Islandia, San Isidro, hasta el principal consumidor: Brasil, vía Manaos.
El precio por kilo de droga en el lado peruano bordea los 1 300 dólares, mientras que en Brasil se paga, el mismo peso, a unos 5 mil dólares. Su producción puede demorar solo ocho horas a diferencia del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, en donde se demoran tres días.
La droga se traslada, principalmente, vía aérea; seguida por la vía fluvial. Un piloto de una avioneta puede cobrar desde los 10 mil dólares hasta 25 mil dólares, por cada vuelo. El alquiler de una pista de aterrizaje clandestino puede costar hasta 70 mil dólares.
Para el Delegado de la Policía Federal de Brasil, Mauro Espósito, el trabajo de inteligencia conjunto de policías de ambos países, "beneficia" en gran magnitud a su país. Asimismo, indicó que la operatividad de la Dirandro resalta la presencia del Estado en zonas donde las poblaciones "no están mejor".
NIÑOS EN LAS REDES DEL NARCOTRÁFICO
El general Romero Fernández reveló que en una "fábrica de droga" se encontró a niños y mujeres, que trabajaban clandestinamente para el narcotráfico.
Según especialistas, algunos nativos optan por dejar de cultivar café para ser peones en la elaboración de droga ya que les parece más rentable. Por un trabajo de 30 días, los nativos pueden cobrar 800 dólares.
FALTAN SERVICIOS
La población fronteriza, como Santa Rosa, no utiliza el sol ni billetes peruanos para los intercambios comerciales, sólo valen los reales o pesos colombianos.
La gente aún sigue esperando la presencia del Gobierno, inclusive la del gobierno regional, para generar el cambio como lo mencionó el ciudadano Raúl Soto Salazar: las vías de comunicación, están restringidas para los habitantes.
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