Unas cuatro mil mujeres del centro poblado Villa Pedregal Grande se dedican a la elaboración de los sombreros de paja toquilla y desde 1996 se encuentran asociadas.
Antes usar un sombrero era sinónimo de elegancia y formaba parte de la vestimenta de grandes y chicos sobre todo de hombres; sin embargo, con el tiempo este artículo fue dejándose de lado. Ahora debido a los altos índices de radiación ultravioleta su uso se ha vuelto a imponer, pero esta vez no marcado por una tendencia de moda, sino para prevenir los impactos nocivos en la piel, como es el caso de la región Piura.
El uso de este artículo, obligatorio ahora para los escolares como parte de su uniforme, nos traslada inmediatamente hacia el centro poblado Villa Pedregal Grande en el distrito de Catacaos (Piura), donde se elaboran los tradicionales sombreros de ala ancha, según nos cuenta la presidente de la Asociación de Artesanos de la localidad, Martha Sosa.
Villa Pedregal Grande
En este centro poblado se enmarca la tradición de elaborar los sombreros de paja toquilla, que son conocidos a nivel nacional e internacional y cuya enseñanza para confeccionarlos se pasa de generación en generación, pues el arte lo llevan en las manos.
Ahora unas 4 mil mujeres de este centro poblado se agrupan en una asociación para poder canalizar la venta y exportación de este producto, donde trabajan niñas con apenas diez años hasta personas de 70 años que ven con agrado la revalorización de este artículo, a pesar que ahora su uso es obligatorio para evitar infecciones a la piel y no como anteaño por ser algo típico de la zona.
La presidente de la Asociación de Artesanas, Martha Sosa, nos cuenta que ella aprendió a tejer el sombrero de paja toquilla desde muy niña cuando su tatarabuela Manuela Sandoval le enseñó este arte que la ha llevado a exportar sombreros a Estados Unidos, Inglaterra, España e incluso Ecuador, que pese a elaborar también sombreros aprecian el arte piurano.
Sociedad de Artesanas
Sosa Villegas recuerda que en el año 1996 decide agruparse con 20 mujeres de su localidad para confeccionar sombreros de buen diseño como dice ella, para venderlos al exterior, logrando colocar entre mil a cinco mil sobreros solo entre el 2006 al 2007. Ellas pide al Estado más apoyo a las cadenas productivas, pues los costos para el envío aún son muy elevados.
Elaboración de sombreros
La artesana nos precisa que se inicia consiguiendo la paja toquilla, la cual la traen hacia Catacaos desde la provincia de Rioja, en la región San Martín, aunque hace poco también han identificado paca toquilla de calidad en el distrito de San Miguel El Faique, en la provincia de Huancabamba (Piura).
La paja toquilla que inicialmente presenta un color oscuro pasa por diversas etapas antes de elaborarse el sombrero. Primero se pone a secar al sol, luego se sahúma dentro de una bodega por varias horas, se pone al sol nuevamente y es ahí cuando empieza a cambiar al color blanco característico, posteriormente se escogen las hebras que se van emplear en la confección del sombrero.
Dependiendo el estilo, modelo, tamaño y hasta costo de esta prenda es que demora su elaboración que puede ser de una semana hasta un mes y medio, terminada la confección el sombrero es golpeado con una piedra o madera para darle la forma, se lava y se le colocan adornos dependiendo del gusto del cliente, que puede ser una cinta de cuero, cuero con plata u otros accesorios.
Los modelos más pedidos son el de ala ancha clásico o conocido como caballo de paso, el chalán, de marinera y diseños finos para mujeres, pero nos precisa Martha Sosa, que si algún cliente quiere que se lo confeccionen en otro color, solo se usan colorantes naturales, el sombrero se sumerge en agua con las flores o semillas que dan las tonalidades y no se daña la confección, pues este tejido resiste el agua, como ella dice "hasta se puede emplear el sombrero para beber agua".
Uso obligatorio
La Ordenanza Regional N° 233-2012/GRP-CR ha dispuesto el uso obligatorio del sombrero de ala ancha ante los altos índices de radiación ultravioleta, así como para los trabajadores públicos y privados cuyas labores demandan varias horas de sobreexposición al sol.
Las artesanas se están preparando para ofrecer productos de calidad, cuyos precios pueden oscilar entre S/.15 hasta S/.50, pues tienen claro que no todas las personas pueden pagar precios elevados, tomando en consideración que un sombrero a la medida y gusto del cliente puede llegar a costar hasta S/.500.
Con esta revalorización del sombrero de paja toquilla, las mujeres artesanas están solicitando a las autoridades nombrar al centro poblado Villa Pedregal Grande como la Capital Regional del Sombrero, para que no quede duda de cuál es la cuna de la elaboración de esta prenda de vestir, como nos manifestó la presidente de la asociación.
Por: Lina Fiestas
Lea más noticias de la región Piura
Video recomendado
Comparte esta noticia