Cecilio López-Tercero no veía la luz desde el jueves 18 de setiembre. Más de 70 personas se sumaron para el esperado rescate.
Jamás pensó que su afición por la espeleología, una disciplina científica y deportiva vinculada al montañismo y exploración, lo sumergiría en un mundo subterráneo por casi dos semanas.
El espeleólogo español Cecilio López-Tercero, estuvo desde el jueves 18 de setiembre en la caverna de Intimachay, ubicada en la zona conocida como “Lugar Tranquilo”, a pocas horas de Leymebamba (región Amazonas).
Todo inició cuando en la víspera, el osado espeleólogo y sus colegas llegaron al fundo de don Javier Farje en “Lugar Tranquilo”, para solicitar el permiso de explorar la caverna de Intimachay.
El grupo de espeleólogos, acompañado del experto y propietario de la finca, Javier Farje, descendieron por una peligrosa pendiente, para seguir el curso del río subterráneo que dio origen a esta formación geológica.
(ESTE ES EL MAPA DE LA CUEVA DÓNDE ESTABA CECILIO LÓPEZ)
Luego de una ardua caminata, López-Tercero observó que había una nueva galería aún no explorada, sin pensar en el peligro, se internó en la cavidad y fue ahí cuando rodó y sufrió una caída de 5 metros de altura, quedando tendido al fondo de la caverna, a 400 metros de profundidad.
PRIMERAS VERSIONES
Según revelaron sus compañeros, el líder del Grupo EspeleoKándil, Cecilio López-Tercero, se encontraba inmovilizado en un ambiente con cien por ciento de humedad. “Estaba cubierto con mantas térmicas para conservar el calor corporal”, informaron.
Arribaron hasta Leymebamba, 41 espeleólogos españoles y uno peruano, para sumarse a la Policía de Alta Montaña, Ejército, Fuerza Aérea y Escuadrón de Emergencias de Chachapoyas, quienes realizaron el trabajo de rescate, dirigidos por el coronel Edgar Ortega, en representación del Instituto de Defensa Civil.
Los 42 espeleólogos se turnaban para no parar con el rescate, son 24 horas las que trabajaron a pesar del mal clima que se presenta en este lugar. Sus implementos, botas, trajes, arnés y botellas con agua, fueron sus mejores aliados para el arduo trabajo.
UN LUGAR NO TAN TRANQUILO
Desde que Cecilio cayó a la caverna, un centenar de socorristas, peruanos y extranjeros, se unieron para participar en el rescate. La finca “Lugar Tranquilo”, se volvió el escenario perfecto de una obra, que no tendría ni de epígrafe, el nombre de “Tranquilo”.
El enviado especial de RPP Noticias, Adolfo Fasanando, se sumó a la gran cantidad de personas que no querían perderse el preciso momento en el que el espeleólogo volvería a ver la luz.
Junto a decenas de colegas, Adolfo pernoctó en una carpa noche tras noche para cubrir el esperado rescate y traslado al helipuerto, que fue acondicionado en el mismo fundo, para evacuar a Cecilio al aeropuerto de Chachapoyas y posteriormente a la ciudad de Lima para ser atendido.
“Eramos un promedio de 20 periodistas, la mayoría de medios nacionales y uno extranjero. Por las noches tuvimos que soportar el intenso frío de la zona, realizabamos una pequeña fogata que nos diera abrigo. Por suerte una familia de agricultores que está a 20 minutos del lugar, nos brindaba alimentos”, expresó.
VIÓ LA LUZ
López-Tercero fue rescatado el martes 30 de octubre, después de 12 días de permanecer en la oscuridad. Tiene una lesión lumbar, por lo que salió en una camilla con la ayuda de sus compañeros, quienes para poder lograr el objetivo hicieron una especie de cordón.
Cecilio López-Tercero fue trasladado inmediatamente a una de las carpas del campamento para ser atendido, mientras sus compañeros aplaudían de la alegría y se abrazaban.
El espeleólogo, fue llevado a Chachapoyas para enrrumbarse a nuestra capital. Su llegada se dio esa misma tarde en el Grupo Aéreo número 8 en un avión Hércules de la Fuerza Aérea del Perú.
Luego de la odisea que tuvo que pasar, en estos momentos Cecilio López se encuentra en la Clínica Anglo Americana, en San Isidro, donde es sometido a una serie de exámenes por sus lesiones.
Gabriela Centenaro Cueva
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