El proyecto de ley aprobado ayer en el Pleno del Congreso es una señal de que pese a la dura polarización que vivimos, pueden prevalecer el sentido común y la voluntad de servir a los que más necesidades tienen.
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Todas las civilizaciones tienen mitos de origen que se hallan asociados con el agua. Desde el Génesis en la Biblia hasta el origen del Imperio Incaico a partir del lago Titicaca, está claro que dependemos del agua como individuos y como sociedades. El Perú adolece de una paradoja esencial: tenemos agua dulce en abundancia donde vive una minoría de nuestra población, en la selva, pero donde vive la gran mayoría, en la costa, no hay suficiente agua. Por eso el proyecto de irrigación de Chavimochic no es solo fuente de riqueza, empleo y recaudación fiscal. Es también un poderoso símbolo de nuestra capacidad de transformar nuestro país y hacerlo capaz de ofrecer vida y prosperidad a los peruanos.
El proyecto de ley aprobado ayer en el Pleno del Congreso es una señal de que pese a la dura polarización que vivimos, pueden prevalecer el sentido común y la voluntad de servir a los que más necesidades tienen. Con 102 votos a favor y solo 2 en contra, el Congreso autorizó que el Ministerio de Desarrollo Agrario haga las modificaciones necesarias para permitir una concesión que ponga fin a los desastrosos efectos de la constructora Odebrecht.
Cuando la presa Palo Redondo permita que las actuales pampas desérticas de La Libertad sean irrigadas por aguas del río Santa, recordaremos que hubo una sociedad civil que se movilizó, expertos que no dejaron de creer y una clase política que supo permitir que el aborrecido adversario pudiese lograr por lo menos un éxito. Es como si nuestro país se hallara en guerra de exterminio y que los beligerantes se concedan una tregua. Fuerza Popular y Avanza País tendrán que explicar sus reservas, y olvidaremos que un congresista como Guillermo Bermejo haya recurrido a la vieja retórica que lleva, como siempre, a que no se haga nada. Treinta mil hectáreas de agricultura son la mejor refutación.
Las cosas como son
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