Las fotografías de los miembros de la Base Astronómica Santa Eulalia (BASE) son impresionantes. Este grupo de fanáticos de la astronomía escapa cada fin de mes de la contaminación lumínica de la ciudad para apreciar el espectáculo gratuito más sencillo: observar el cielo estrellado. RPP Noticias los acompañó y aquí te mostramos su trabajo.
Contemplar las estrellas es quizá uno de los más hermosos espectáculos gratuitos del que puede disfrutar el ser humano. El contraste de nuestra insignificancia con la inmensidad del universo, nos lleva a querer conocer más de él y a plantearnos cómo es que seguimos vivos en el caos espacial.
Estas interrogantes son las que se hicieron un grupo de fanáticos de la astronomía quienes, llevados por esta pasión, fundaron la Base Astronómica Santa Eulalia (BASE). Ahora, ya más consolidados, conservan una galería de imágenes de objetos celestes que parecen haber sido tomadas por el telescopio Hubble de la NASA.
RPP Noticias acompañó a este grupo de entusiastas astrofotógrafos, para conocer más sobre su trabajo y su historia.
Todo inició como una pequeña aventurilla de amigos. José Luis Calle, un docente universitario, ofreció su casa de campo para que algunos amigos y amigos de sus amigos puedan reunirse cada fin de mes para fotografiar el cielo nocturno.
“Nos iniciamos hace cuatro años. Los inicios fueron con equipos muy sencillos, muy simples y tuvimos un crecimiento astronómico”, comenta José, quien es llamado ‘Pepe’ por los miembros de BASE.
“Fue un proceso que tardó varios años, porque es difícil traer estos equipos. Tienes que traerlos desde Estados Unidos. Además, de que no los teníamos, tampoco sabíamos cómo empezar y todo lo encontrábamos en las redes americanas y foros”, agrega Guillermo Spiers, miembro del grupo.
Es el último fin de semana del mes y esta es la mejor temporada para fotografiar las profundidades del cielo nocturno, ya que es tiempo de luna nueva.
Llegar a Santa Eulalia, desde Lima Metropolitana, toma cerca de 3 horas. Es uno de los mejores lugares cerca de la capital para realizar astrofotografía: su cielo no posee mucha nubosidad, está a una altitud aceptable y no hay mucha contaminación lumínica.
El astrofotógrafo Guillermo Spiers es uno de los miembros más antiguos del grupo. Él explica el proceso del armado de los equipos para el objetivo de esta jornada: fotografiar galaxias. Montar los telescopios es todo un ritual. Aquí te detallamos los pasos para iniciar la toma de fotos:
La suerte está de nuestro lado y la noche es espectacular para iniciar con las fotografías. ¿Cómo te das cuenta de que el cielo es magnífico? Fácil, se muestra estrellado y sin nubosidad, a tal punto que no es necesario utilizar binoculares para poder distinguir una estrella de un planeta. Las estrellas titilan y los planetas, no.
A simple vista se puedan observar Júpiter y Saturno. Además, hay algunas estrellas que resaltan sobre las demás y que sirven para calibrar la ubicación de los telescopios, entre ellas, Vega, Altair, Achernar y Deneb. Si no tienes experiencia en este ámbito, algunas aplicaciones como Star Chart son muy útiles para distinguir, cuál es cuál.
Llega la medianoche y al norte se puede apreciar el brillo de "Las Pléyades" (Messier 45), un cúmulo estelar abierto ubicado en la constelación de Tauro, a unos 445 años luz de la Tierra. Este grupo de estrellas era utilizado como referencia para pronosticar el tiempo y las temporadas de lluvia, por las culturas prehispánicas.
Al oeste, "el cazador" se muestra imponente en el cielo de Santa Eulalia, blandiendo su espada en una mano y empuñando su escudo en la otra: es la Constelación de Orión. La manera más práctica de encontrarla es buscando el cinturón de Orión conformado por una serie continua de tres estrellas muy brillantes, conocidas también como "Los reyes magos" (Mintaka, Alnilam y Alnitak).
El cielo diáfano permite ver más allá en Orión. En uno de los pies de "el cazador" se ubica Rigel, una estrella joven que es 50 mil veces más brillante que el Sol. Cerca de ella se observa a simple vista una pequeña mancha luminosa. Con la ayuda de unos binoculares, se aprecia la Nebulosa de Orión (Messier 42). Al tomarle una fotografía con la ayuda de un telescopio se retrata un espectáculo de colores. El rojo, blanco, azul y morado resaltan en la imagen.
Sin embargo, como todo en esta vida, nada es fácil. Este hermoso hobbie de apreciar el espacio necesita de mucha dedicación. Los equipos que se utilizan para la toma de fotografías son costosos (muchos superan los mil dólares) y sobre todo se necesita de mucha paciencia para aprender a tomar buenas imágenes.
“(Queremos ser) el grupo más importante de astrografía en el Perú. No solo en el tema fotográfico si no en el tema de capacitación y difusión”, es lo que se propone el Grupo BASE. Es por ello, que integrantes del grupo como Guillermo Spiers llevan su experiencia en este rubro a diversas charlas en universidades y centros académicos.
Perú tiene buenos cielos para el desarrollo de la astrofotografía debido a la Cordillera de los Andes. La altitud de nuestras ciudades permite ver un mejor cielo. A inicios de noviembre, Jheison Huerta, un astrofotógrafo huaracino, logró el reconocimiento de la NASA por una espectacular fotografía de la Vía Láctea en el Salar de Uyuni.
Pero los miembros del Grupo BASE indican a RPP Noticias que pronto tendrán que mudarse de la casa de ‘Pepe’. Santa Eulalia se está urbanizando más cada año que pasa y la luz de las urbes impide retratar el cielo.
“La luz que provienen de las ciudades velan nuestras imágenes y no nos permite ver más allá. Ya no solo se limita a los faroles amarillos que encontramos en los postes de las ciudades, ahora están las luces led”, explica Luis Calle, otro integrante del grupo.
Indica, además, que la tecnología de luces ha sido un severo enemigo para ellos. “La luz led, que actualmente está muy extendida en diversos equipos electrónicos e iluminación artificial, es un gran problema que no se puede remover ni con los filtros más especializados”. Esto debido a que la luz led abarca todos los espectros luminosos. El blanco es producto de la combinación rápida de todos los colores luminosos.
Es así que, cada vez hay menos espacios para la práctica de la astrofotografía. Quizás todos nos estamos olvidando que tenemos el espectáculo gratuito y con la pantalla más grande: el cielo nocturno. Las culturas prehispánicas aprendían de los astros y los valoraban infinitamente porque guiaban sus vidas con ellos. ¿Es momento de volver a guiar nuestra vida acaso?
El reportaje completo lo encuentras aquí:
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