Una antigua tradición que practican cientos de feligreses en la Semana Santa y Manuel Achahuanco nos cuenta la historia.
Manuel Achahuanco, natural de la provincia cusqueña de Canchis, vive en Sicuani y nos comenta que el Jueves Santo, de cada año, los fieles realizan una peregrinación hacia el Cerro Jururo, un Apu Andino, que rodea a la ciudad. Para llegar, se necesitan de 4 a 5 horas y los parroquianos, hombres y mujeres se preparan anticipación.
“Cada año, el Jueves Santo, las familias salen de sus casas a las 4 y 5 de la madrugada con el fin de llegar al Cerro Jururo.
Esta caminata no es simple, nosotros lo realizamos como un acto de penitencia y ayuda al Señor por nuestros pecados y para ello cargamos piedras en una mochila en nuestra espalda, así caminamos por más de 4 horas, cuesta arriba meditando a lo largo del camino.
Cuando llegas a la punta del cerro y antes de que te acerques a las cruces, te quitas el sombrero y le rezas a Dios, prendes las velas y lo colocas al lado de una de las cruces.
Al terminar, cuando crees que has orado lo suficiente y has cumplido con tu el Señor, descargas las piedras en este lugar y te bajas hacia tu casa.
Según la creencia popular, si te caes tres veces, bajando el cerro, se dice que has pecado mucho, motivo por el que debes pararte y rezar para ser perdonado, nos dice.
Luego vas a tu casa y compartes con la familia momentos de paz.
En esta misma fecha, en la provincia de Canchis, también se practica el “Huacchacuy” un vocablo quechua que traducido significaría algo así como “recogiendo alimentos por mi pobreza” y consiste en “robar” o "sacar"moderadamente de las chacras productos para preparar los alimentos el Viernes Santo.
Se dice que esta práctica la realizan más las familias de precarios recursos y no tiene penalidad, porque está permitido, pero no deben abusar.
Cuando tu participas del Huacchacuy, entras a una chacra, y te sacas solo una pequeña porción, por ejemplo, un kilito de papa, un kilo de habas, o maíz, o de lo que encuentres, esto te sirve para que puedas preparar tus doce platos, en honor a los doce discípulos”.
Hoy en día todavía se practica el Huacchacuy, algunos lo realizan en las tardes, y otros en las noches.
Se dice que este robo, “está permitido y no es pecado, porque esta noche el Señor se entrega por nosotros, por eso, es permitido, porque estamos perdonados”, culmina Manuel Achahuanco.
Por: Adelayda Letona García
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