Encuesta del Instituto Integración señala además que 7 de cada 10 peruanos tiene una tolerancia moderada hacia actos corruptos.
Una encuesta del Instituto Integración revela que el 59% de peruanos cree que en un acto de corrupción solo existe un responsable: o el funcionario público que pide dinero o el ciudadano que paga.
De acuerdo con la investigación, ante el escenario de un funcionario público que le pide dinero a un ciudadano para facilitar o agilizar un trámite, solamente 4 de cada 10 personas señala a las dos partes como culpables del acto ilícito.
El estudio señala que 7 de cada 10 peruanos tiene una tolerancia moderada hacia actos corruptos como usar un cargo público para favorecer a familiares o dar regalos para acelerar trámites.
Para la investigadora Cecilia Blondet, la laxitud del Estado para establecer sanciones y la falta de liderazgo en las esferas más altas del poder llevan a que ni el ciudadano ni el funcionario perciban un control superior capaz de disuadirlos de cometer el acto corrupto.
En efecto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), refiere que el Perú necesita un mejor balance entre castigo y liderazgo para crear incentivos apropiados para la buena práctica de los funcionarios públicos.
LAS INSTITUCIONES NO SANCIONAN DE MANERA EFECTIVA
Paula Muñoz, politóloga del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, menciona que los peruanos han dejado de evitar la corrupción, porque cada vez se convencen más de que la situación no va a cambiar, la clase política está contaminada y las instituciones no sancionan de manera efectiva.
Precisamente, el Poder Judicial, que es el llamado a castigar la corrupción, es percibido como la institución más corrupta del aparato estatal, según la IX Encuesta Nacional sobre las percepciones de la corrupción en el Perú.
Blondet apunta, asimismo, que muchos peruanos pagan coimas, porque consideran que el Estado solo funciona así. Y aunque el ciudadano no esté dispuesto a pagar, la institución igual exigirá el dinero.
El estudio de Integración refiere que el peruano perdona al funcionario porque él mismo está acostumbrado a actuar en un sistema de coimas; al mismo tiempo, el peruano se perdona a sí mismo por pagar la coima porque considera que era la única manera de alcanzar su objetivo.
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