Ninguna muerte debe ser utilizada como arma política y ningún esfuerzo debe ser escatimado para garantizar techo, comida y libertad de desplazamiento a quienes han perdido todo como consecuencia de las lluvias y la imprevisión del Estado.
Escucha el canal de podcast de Las cosas como son en RPP Player.
En la sesión de ayer, el Pleno del Congreso rechazó la admisión de la moción de vacancia contra la presidenta Dina Boluarte y procedió a interpelar al ministro de Defensa, Jorge Chávez Cresta. Las iniciativas fueron promovidas por los dos sectores más extremos del espectro político: la vacancia por los partidos de la constelación castillista, que atribuyen a Boluarte la responsabilidad de las muertes causadas por la represión de las manifestaciones. Por su parte, la interpelación del ministro de Defensa dio lugar a una moción de censura promovida por el sector más conservador, integrado sobre todo por congresistas de Renovación Popular y de Avanza País, aunque también firmó Roberto Chiabra, ex APP. Ninguno de los dos bloques parece dispuesto a abordar la responsabilidad de todas las muertes, es decir a la vez la de los seis soldados ahogados en el río Ilave y la de civiles abaleados en Ayacucho, Juliaca o Lima. Ambas iniciativas también tienen en común olvidar las circunstancias de emergencia climática que estamos viviendo. Justamente ayer ha sido un día de lluvias intensas en Piura y Arequipa, lo que requiere una movilización de todas las energías del Estado. Nadie debe estar por encima de la crítica y tampoco se puede poner en duda la capacidad de fiscalización que la Constitución reconoce al Congreso. Pero es obvio que medidas sancionadoras como la vacancia o la censura producirían un impacto considerable y obstaculizarían la eficacia de la gestión pública. La prioridad de la hora es acudir en ayuda de las poblaciones que pagan las consecuencias de la falta de previsión del Estado. Las muertes, todas las muertes, deben ser investigadas y sus responsables deben ser sancionados. Pero ninguna muerte debe ser utilizada como arma política. Y ningún esfuerzo debe ser escatimado para garantizar techo, comida y libertad de desplazamiento a quienes han perdido todo como consecuencia de las lluvias y la imprevisión del Estado.
Las cosas como son
Comparte esta noticia