A través de una carta dirigida al Gobierno Regional de Cusco, la empresa Minquest Perú expresó su disposición de ceder la concesión que comprende la Montaña de los Siete Colores por ser un atractivo cultural y turístico.
El gobernador regional de Cusco, Edwin Licona, anunció que la empresa Minquest Perú, concesionaria de la Montaña de los Siete Colores, confirmó a través de una carta dirigida al gobierno regional su disposición de devolver los terrenos que habían sido asignados para la exploración minera en este sector.
En este comunicado, la empresa minera señala que su decisión de devolver la concesión de la montaña, cuyo nombre original es Vinicunca, responde a su compromiso de preservación de los espacios culturales y turísticos que representa Ausangate y Cusco.
La carta fue enviada al Gobierno Regional de Cusco; sin embargo, el gobernador ha referido que es el Ministerio de Energía y Minas quien deberá asumir las acciones administrativas para nuevamente tener la posesión de estos terrenos.
Concesión minera
La ONG CooperAcción advirtió que desde marzo la turística montaña forma parte de una concesión minera, que se superpone parcialmente a la propuesta de un área natural de conservación regional en esa zona.
Vinicunca fue concedida con fines mineros por el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) a la minera Minquest Perú, propiedad de la empresa canadiense Camino Minerals.
La montaña está en mitad de la concesión minera denominada 'Red beds 2', que abarca una superficie de 400 hectáreas entre los municipios de Cusipata y Pitumarca. La concesión coincide de manera parcial con la zona propuesta para la creación del área de conservación regional Ausangate, reclamada por el Gobierno Regional de Cusco.
La Montaña de los Siete Colores
Vinicunca se ubica a unos 5,200 metros de altitud sobre el nivel del mar en la cordillera de Vilcanota. El contraste de sus llamativos colores en franjas turquesas, doradas y fucsias, entre otros, se debe a la alta concentración de metales.
Estos colores en la montaña la han convertido en una de las principales atracciones turísticas de Cusco junto a las ruinas de la ciudadela inca de Machu Picchu.
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