En el Perú antiguo, la vestimenta se caracterizó por su sencillez de diseño y su calidad de tejido, que aún se ve en los fustanes wancas.
En el Perú, el arte textil más apreciado fue el de la cultura Paracas, debido a sus finísimos mantos hechos con hilos de algodón, mixtificados con hilos de oro y plata, incluso cabellos humanos, que solo se puede comparar con los tejidos orientales, según señala Juan Castillo Morales en su libro Historia del Perú.
Aunque no existen relatos ni crónicas que señalen que los Wancas desarrollaron un tipo especial de textilería, los tejedores de la zona sur del Valle del Mantaro, dicen que los coloridos bordados de los fustanes nacieron para inmortalizar lo que la naturaleza les daba a los hombres: vegetales y animales.
Esta versión puede tener algo de certeza, sabiendo que los Wancas dejaron costumbres basadas en el amor y cuidado a la tierra, pues esta los proveía de alimentos. Asimismo, para agradecerle danzaban durante la cosecha, dando origen al Huaylarsh Antiguo y para enamorar a las mujeres imitaron al zorzal, creando el Huaylarsh Moderno.
Los fustanes wancas se lucirán especialmente para las fiestas de Santiago que inician este 24 de julio con el “señalacuy” o marcación del ganado que es una tradición ancestral de agradecimiento a la fertilidad de la tierra y de los animales, así como a los Apus o Wamanis, cerros tutelares protectores de la vida de las comunidades.
El ganado es adornado con cintas y aretes de colores que representan las bendiciones del apóstol Santiago. Después de la herranza, hombres y mujeres celebran al compás de la tinya y recorren las calles contagiando la alegría de la danza.
En la fiesta, los fustanes muestran los bordados de flores en intensos colores y animales como el zorzal y el pavo real. La franja bordada tiene entre 30 y 35 centímetros de alto por tres metros de largo y puede llegar a pesar hasta cuatro kilos.
Los bordadores de los distritos de Pucará, Sapallanga, Huancán y Viques coinciden en que el bordado hecho a máquina se termina en unos cinco días, pero antes, cuando las mamachas dibujaban las flores y bordaban a mano, la tarea podía extenderse hasta por 20 días.
Tener muy de cerca a las flores que no se marchitan, es tener un fustán wanca y tenerlo le costará un aproximado de mil 200 soles, fuera del costo de la confección del fustán. Pero si solo pretende apreciar estas flores y divertirse en Huancayo, la fiesta de Santiago es una de las celebraciones propicias.
Por: Lizzet Paz
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