Los pobladores de Concepción enveneban la chicha de jora para dársela a los soldados chilenos y fingir una muerte por exceso de alcohol.
Desde el tiempo de los incas, el consumo de alcohol formó parte de importantes ceremonias y rituales, donde los hombres interrelacionaban acompañandos de los keros.
En el antiguo Perú, la chicha de jora fue el famoso licor que podía hacer dormir a los hombres, además que fue incluida en todas las celebraciones importantes, tal como el Inti Raymi, conocida como la fiesta más importante de los incas.
Esta tradición también alcanzó a los antiguos pobladores wankas; sin embargo, hace 130 años, en la provincia de Concepción, el tomar un vaso de chicha de jora sufrió una variación, la misma que se escucha en la actualidad.
Durante la Guerra del Pacífico, la frase “sácale el veneno” se hizo constante cada vez que un soldado chileno deseaba beber un vaso de chicha de jora.
Nuestros ancestros cuentan que en Concepción, ante la invasión chilena, los vendedores de chicha de jora, en su intento de ayudar a la defensa de la patria, seleccionaban botellas y colocaban un potente veneno mezclado con la chicha, para dársela a los soldados chilenos cuando éstos pedían más vasos de licor.
A los pocos minutos de beber el último vaso, el soldado chileno caía aparentemente dormido por el exceso de licor, pero en realidad la persona había muerto envenenada.
Con esta ingeniosa técnica, decenas de soldados fallecieron; sin embargo, las muertes por exceso de alcohol se hicieron cada vez más constantes, hasta que un día levantó sospechas.
Como la ingesta de alcohol estaba ocasionando demasiadas bajas en el ejército del país sureño, en esta misma provincia, los soldados chilenos cambiaron su forma de pedir un vaso de chicha de jora.
Ellos se acostumbraron a decir al vendedor “sácale el veneno”, de manera que si el licor contenía alguna sustancia extraña, quien sufriría las consecuencias era el poblador.
Esta frase viajó a través de los años, la tradición oral se mantuvo en los pobladores de Concepción y se extendió en el Valle del Mantaro hasta nuestros días.
Aunque ahora no se bebe chicha de jora en las principales celebraciones del Valle del Mantaro, las personas continúan “sacándole el veneno” al primer vaso de cerveza para que luego su acompañante beba del mismo vaso sin caer en el profundo sueño de los soldados chilenos.
Por: Lizzet Paz
Lea más noticias de la región Junín
Comparte esta noticia