La muerte de una joven y de un asistente de guía cuando practicaban un deporte de aventura en Cusco se suma al lamentable historial reciente de accidentes en servicios turísticos en el país.
La informalidad en los servicios a turistas siguen cobrando vidas en el Perú. Una turista y un asistente de guía murieron este miércoles cuando practicaban tirolesa en el distrito de Maras, provincia de Urubamba, en Cusco.
En la zona donde ocurrieron los accidentes se había ordenado que ya no se practique este deporte. Por ello se detuvo este martes al propietario de la agencia de turismo que no acató la medida y prestó servicio a la joven Milushka Pacheco y su guía quienes murieron tras caer al precipicio. A este accidente se sumó otro este jueves: un padre y un hijo resultaron heridos cuando manejaban un cuatrimoto en este mismo distrito.
Según estadísticas de Promperú, 4 de cada 10 turistas extranjeros que llegan al cusco lo hacen para practicar deportes de aventura. De las mil 700 agencias que brindan este servicio, el 37 % son informales. La Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo de la ciudad imperial reconoció que no tiene toda la capacidad operativa y de recursos humanos para llegar a todos los sectores de la región.
Hace tres meses, la turista española-ecuatoriana Nathaly Salazar desapareció en el Cusco. Por el caso se detuvo a dos hombres que aseguraron que la joven murió cuando practicaba el deporte de aventura conocido como canopy o zip line y que su cadáver fue lanzado al río Vilcanota. El cuerpo, sin embargo, hasta ahora no ha sido hallado.
No es solo en Cusco
La falta de control en servicios turísticos también se evidenció en Lima tras la caída de un bus turístico cuando descendía del cerro San Cristóbal en el Rímac, en julio del año pasado. El accidente cobró la vida de diez personas y dejó decenas de heridos. Según la investigación realizada por los peritos de la Policía, el vehículo de dos pisos debía trasladar a 35 pasajeros como máximo y no más de 50.
Las municipalidades de Lima y del Rímac se señalaron mutuamente: el distrito aseguró que la ciudad entregó el permiso de circulación, mientras que la comuna limeña dijo que fiscalizar la ruta era responsabilidad de las autoridades rimeneses. Más de ocho meses después del accidente, las vías que llevan a este concurrido punto turística de la capital aún no son reforzadas.
Otro caso reciente es el de un padre y un hijo que murieron ahogados en enero de este año cuando realizaban canotaje, otro deporte de aventura, en Lunahuaná, distrito de la provincia de limeña de Cañete. Según testigos, el primero cayó al río y el segundo se lanzó para intentar salvarlo. La Fiscalía investiga el caso.
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