La prioridad de la lucha contra la anemia

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Pocas experiencias pueden ser más alentadoras que visitar una escuela durante una jornada dedicada al tamizaje de la anemia. He tenido la suerte de vivir eso ayer, en la Escuela Santa María de la zona alta de San Juan de Lurigancho. 

Doscientos alumnos del turno de la mañana y doscientos de la tarde habían sido informados de la presencia de pediatras movilizados por la Empresa Pacífico Salud para despistar la anemia a partir de muestras de sangre. También los padres de familia se hallaban presentes para someterse al tamizaje. 

El éxito de la jornada es el fruto de una colaboración armoniosa entre una empresa privada y una escuela pública. La directora Judith Susaya dispuso la instalación en el patio de la escuela de mesas con alimentos fortificados con hierro. Si todos los niños del Perú pudieran comer esos productos, los graves índices de la anemia disminuirían. Desde ya, los padres recuerdan y los niños aprenden que deben comer con “sangrecita”. 

No es difícil añadir un poco de sangre animal a los alimentos, tanto salados como dulces. ¿Qué impide que lo hecho por Pacífico Salud y la escuela Santa María se generalice en todas las localidades de nuestro país? La mala gestión, la falta de sentido de las prioridades, la energía consumida en querellas y el uso del poder para garantizarse impunidad. Los niños del Perú no merecen eso. 

La ineficacia en la lucha contra la anemia los condena a no poder desarrollar sus capacidades cognitivas, lo que en sus formas graves representará una carencia a lo largo de sus vidas. La salud de los niños es una responsabilidad de todos, incluida la prensa. Informar sobre los éxitos y los fracasos de la lucha contra la anemia es una prioridad, pese al fragor de las noticias que dominan la actualidad. RPP y Pacífico Salud se hallan comprometidos con una campaña cuyo nombre lo dice todo: Tan fuertes como el hierro.

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