Las mujeres del distrito lambayecano de San José no solo han heredado la hermosura de las doncellas mochicas, sino también la laboriosidad y la creatividad.
En los pueblos del litoral lambayecano, cuando los varones zarpan y van tras los cardúmenes de peces por semanas y hasta meses, las mujeres no se quedan con los brazos cruzados, se convierten en unas "Penélopes", de cuyas manos salen verdaderas obras de arte.
Las mujeres del distrito de San José hablan con el dialecto de las agujas y los hilos de colores, y nos regalan hermosos mensajes llenos de laboriosidad, de mucha creatividad.
Ellas no solo han heredado la hermosura de las doncellas mochicas, sino también la laboriosidad y un gran talento artístico, con las que no solo preparan los más exquisitos potajes con productos marinos, sino también crean hermosas prendas tejidas a mano y cuadros bordados punto a punto, con la paciencia milenaria de su raza moche.
Como dice doña Juana Fiestas, las mujeres de San José se han organizado para promover la técnica del marcado punto cruz como una actividad generadora de ingresos para la familia; y como institución, impulsar el emprendimiento económico, el encuentro familiar y el rescate de la identidad.
San José es un apacible distrito ubicado al filo del mar, en la provincia de Lambayeque, cuya población desde hace muchos años vive de los productos marítimos; pero sus mujeres se jactan de aportar también a la economía familiar con los productos que salen de sus laboriosas manos.
Las bordadoras de San José nos hablan con el dialecto de las agujas y los hilos multicolores.
Por: Juan César Cabrejos Becerra
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