Julio Rau Rau, presidente de la Corporación Nacional de Empresas de Transportes, dijo que la suspensión de la paralización en el interior depende de las bases provinciales.

"Hemos tomado la determinación de levantar el paro para mañana. Después de leer el nuevo Código de Tránsito, llegamos a la conclusión que el único problema que tenemos ahora es la ley que impone un sistema de puntos a los conductores", señaló el dirigente en diálogo con RPP Noticias.
Al respecto, Rau Rau adelantó que la suspensión del paro en el interior del país depende de las bases en provincias, que, además, tienen pliegos de reclamos específicos.
El dirigente aseguró que su gremio pedirá al Congreso de la República la modificación de la ley 29365, que establece el sistema de control de licencias de conducir por puntos, la cual, opinó, atenta contra los intereses de los transportistas.
"Así, nos podemos quedar sin licencia. Lo tiene que ver el Congreso y este momento. Nuestros agremiados a nivel nacional piden un congreso nacional para que el Parlamento revise esta norma. Espero que no tengamos que amenazar con un paro para que nos escuchen", apuntó.
"No se obedecieron a las voces radicales"
Por su lado, el presidente de la Asociación de Empresas de Transporte Urbano del Perú (Asetup), José Luis Díaz León, saludó la decisión de miles de transportistas de Lima y Callao que salieron a laborar con normalidad.
En clara alusión a Rau Rau, el titular de la Asetup consideró que la mayoría de transportistas decidieron "no obedecer a esas voces radicales que existen en el transporte".
Díaz León adelantó que, en las primeras horas del día, los transportistas decidieron no salir a laborar para proteger sus unidades. "Demoraron en salir para evitar que le rompan los vidrios. La gente quiere trabajar. Este es un fracaso para las voces radicales que fomentan el caos", aseveró.
Panorama del interior del país
A diferencia de Lima, donde el paro pasó casi desapercibido, en provincias la mayoría de transportistas sí acató el paro. Por ejemplo, en Puno, solamente circularon triciclos, mototaxis y autos particulares, obligando a los pobladores a movilizarse a pie.
En Chimbote y en Trujillo la paralización fue casi total, generando el malestar en miles de personas, que se vieron imposibilitadas de desplazarse a sus centros de trabajo o estudios.