La historiadora Natalia Sobrevilla señaló que sería una gran lección al Bicentenario del Perú si logramos ampliar a otras regiones el protagonismo que se le dio a Lima en los últimos 200 años de independencia.
La historiadora peruana Natalia Sobrevilla consideró que sería una gran lección al Bicentenario del Perú si en la conmemoración de la proclamación de la Independencia logramos ampliar a otras regiones el protagonismo que se le dio a Lima en los últimos 200 años.
En entrevista con el programa Enfoque de los sábados, la historiadora compartió algunas reflexiones sobre la conmemoración del 28 de julio de 1821 y el legado en los peruanos.
"La Independencia no es solamente la proclamación del 28 de julio de 1821, sino un proceso muchísimo más largo y que también engloba a un espacio geográfico muchos más amplio. Me parece que en los últimos 200 años hemos tendido a darle un protagonismo a Lima, pero si en esta conmemoración logramos ampliar esa compresión al resto del país, me parece que será una gran lección al Bicentenario", dijo.
Natalia Sobrevilla aclaró que el proceso de independencia se desarrolló en medio de una guerra que "degarró al país", dividió a familias, regiones del Perú.
"Una de las cosas que siempre me ha llamado la atención sobre este periodo es esta idea que tenemos de 'los peruanos todos unidos contra los españoles logramos la independencia'. Esto está muy lejano a lo que fue la verdadera experiencia de las personas que vivieron en ese momento en una parte de la monarquía hispánica que se llamaba Virreinato del Perú y que fue una guerra que realmente degarró al país entero y dividió a familias, dividió a regiones y llevó a un enfrentamiento muy intenso", explicó.
"Una identidad propia"
Natalia Sobrevilla, quien acaba de publicar el libro Independencia: A 200 años de lucha por la libertad, sostuvo que las élites se recompusieron tras la guerra independentista y muy pocas cosas cambiaron en el sistema económico. Citó como ejemplo que se mantuvo la esclavitud hasta mediados del siglo XIX y se volvió a imponer el tributo indígena.
Además, Natalia Sobrevilla indicó que la división en el Perú no solamente se da entre costa y sierra, sino es muy marcada entre el centro, el norte y el sur. "Esto es algo que hemos visto no solamente en estas elecciones sino en repetidas elecciones en últimos otros años", agregó.
"El sur del Perú tiene una identidad propia y he escrito bastante sobre este proceso en el siglo XIX. El hecho de que el Cusco haya sido el inicio de la revolución con Túpac Amaru y luego se convierta en el último lugar donde está la capital virreinal es paradójico, pero refleja la necesidad, interés y deseo de muchas de las personas de esta región de tener una autonomía con respecto a Lima", expresó.
Finalmente, Natalia Sobrevilla argumentó que entre las personas que merecen ser recordadas del proceso de la independencia se encuentra José de la Riva-Agüero, el primer presidente del Perú, y al cacique Ninavilca, una autoridad de Huarochirí fundamental para el control de la sierra alrededor de Lima.
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