El parque arqueológico albergó en diversos estadios del tiempo a los habitantes de las culturas Marcavalle, Chanapata, Wari.
El parque arqueológico de Pikillaqta ubicado en la provincia de Quispicanchi (Cusco), es el depositario de una gran cantidad de evidencias culturales que corresponden a diversos grupos étnicos que ocuparon en diversos períodos de tiempo el valle de Lucre y áreas cercanas.
Los vestigios dan testimonio de sus vivencias organizativas desde las más simples hasta las más complejas, pues se sabe que ellos lograron desarrollar conocimientos y tecnología que se expresan en valiosas muestras de urbanismo, arquitectura religiosa, sistema hidráulico, agrícola y vial.
Los antecedentes de Pikillaqta se remontan a mil años antes de Cristo, cuando la cuenca de Lucre fue poblada por los habitantes de la cultura Marcavalle y Chanapata, que ocuparon extensos territorios en la Queswa y Puna y que tenían como principal actividad productiva el pastoreo en las partes altas y la agricultura en las partes bajas. Sin embargo, la expansión de la cultura Wari, (600 años D.C.) trae consigo patrones urbanísticos que aún se aprecian.
A decir del arqueólogo Luis Lumbreras, en la arquitectura Wari, el patrón general es el de recintos rectangulares de altos y gruesos muros, que delimitan áreas a manera de barrios. Este asentamiento, como todas las ciudades de influencia Wari, tuvo alta densidad poblacional, tal como se puede evidenciar por la planificación urbana, constituida por barrios y sectores organizados de manera ortogonal y de forma rectangular, delimitados por murallas de gran altura, plasmando su carácter utilitario y uso religioso ceremonial.
Tras el retiro de los habitantes de la cultura Wari para la conquista y dominio de este valle, los incas sometieron a los pobladores conocidos como Pinagua y Muyna.
El cronista Guaman Poma de Ayala, cuando se refiere al inca Sinchi Roca dice: "Conquistó todos los orejones y ganó toda Collasuyo ....ratificando la presencia de Pinau Capac como gobernante de Pinaqua".
El parque arqueológico de Pikillaqta tiene una ocupación y dominio intenso de la cultura Wari e Inca y evidencian en el espacio que ocupa, alrededor de ocho sitios arqueológicos que son: Muyucancha, Choquepujio, Puente de Yunkapunku, la portada de Rumiqolqa, Tamboracay, Escalerayoc, y Kañaray.
Al sitio arqueológico de Muyucancha la podemos describir como una construcción arquitectónica circular, con sarunas (escaleras voladizas) de uso agrícola; a Choquepujio como muestra de una secuencia cultural ininterrumpida útil desde el horizonte temprano hasta el horizonte tardío, lo que nos permite llegar a comprender y establecer el surgimiento del gran Estado Inca; El Puente Yunkapunku, que comunicaba desde la zona de Kjanabamba hasta las actuales provincias de Paucartambo y Quispicanchi; Portada de Rumiqolqa, constituida por enormes piezas líticas finamente labradas de mampostería ciclópea, en cuya parte superior se aprecia un acueducto que transportaba el agua hacia la ciudad de Pikillaqta; Tamboracay, que cuenta con un recinto de planta rectangular con hasta 12 hornacinas y vanos trapezoidales; Escalerayoq, compuesto por un sistema de andenerías; y Kañaracay, donde se aprecia 40 recintos rectangulares, distribuidos en forma longitudinal y transversal y divididos por tres calles anchas.
Para llegar desde el Cusco a Pikillacta en Lucre, se requiere aproximadamente de 45 a minutos a una hora. El viaje se hace por vía terrestre y los trabajos de conservación los efectúa la Dirección Desconcentrada de Cultura. Visítelo y descubra con sus propios ojos las huellas históricas en cada uno de sus muros.
Por: Adelayda Letona García
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