En esta vía se encuentra la piedra de los 12 ángulos, incrustada en un muro inca cuya estructura pertenece al antiguo palacio inca, una mansión y hoy un Museo de Arte Religioso.
El último jueves la Dirección Regional de Cultura y la Municipalidad Provincial del Cusco dispusieron el cierre parcial de la calle Hatunrumiyoc, famosa por albergar entre sus muros la “piedra de los doce ángulos”.
La determinación se asume ante el inminente colapso de una casona antigua que se encuentra ubicada frente a la imponente construcción inca, testigo mudo y solitario de lo que antiguamente fue el palacio de Inca Roca, un gobernante que según cuenta la historia, vivió en este lugar con su panaca (familia).
No existe mayor información sobre este palacio tawantinsuyano, solo se sabe que durante la colonia fue desmontado para edificar sobre sus bases una mansión colonial que fue habitada por connotadas familias como los Valverde, destacando la especial presencia del dominico fray Vicente Valverde y su hermana, María, esposa de Rodrigo de Orgoñez, almagrista asesinado en Cachipampa por los hermanos Hernando y Gonzalo Pizarro.
Posteriormente lo ocupan don Pablo de Costilla y Gallinato, marquéz de San Juan de Buenavista y las familias Valverde Contreras, marqueses de Roca Fuerte, quienes le dieron la categoría de Palacio Arzobispal.
Posteriormente luego de una serie de gestiones entre el moseñor Ricardo Duran y don José Orihuela Yábar se instala el museo de Arte Religioso, en los años de 1966, para lo que el prelado de la Iglesia dona el local institucional al pueblo y al ilustre ciudadano, una pinacoteca que albergaba muestras de pintura cusqueña de origen virreinal.
En esta colección del arte virreinal peruano destacan dos series pictóricas del siglo XVII: “Corpus Christi” de autor anónimo y “Zodíaco” de Diego Quispe Tito.
La misma, según el boletín publicado por el Museo de Arte de la Fundación José Orihuela Yábar siendo su director José Lambarry Bracesco, y administrador José Letona Muñoz, por cortesía de la Compañía Cervecera del Sur del Perú y de Brannif Internacional estaba compuesta por 169 cuadros de pintura cusqueña, una colección de crucifijos de marfil compuestas por 10 piezas, muebles coloniales, imaginería y diversos adornos de la época.
Se precisa además que monseñor Durand en representación del clero entregó 11 cuadros de pintura virreinal cusqueña; el seminario de San Antonio Abad donó 16 cuadros y el maravilloso retablo barroco, dorado con pan de oro, que se instaló en la capilla del museo y que fue conducido desde la hacienda Huayrapata.
En 1970 se instaló en el museo la sala Diego Quispe Ttito con 12 lienzos de la colección Corpus Christi, propiedad de la parroquia de Santa Ana.
Cabe señalar que este local fue restaurado después de 1950, luego del terremoto destruyó gran parte de la ciudad antigua del Cusco.
Por: Adelayda Letona García
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