En alrededores del río Cacachi se realiza la celebración cada 15 de mayo, donde la mayoría de los participantes son gente del sector rural.












Cada 15 de mayo, cientos de devotos de San Isidro Labrador se trasladan a los alrededores del río Cacachi, ubicado a unos tres kilómetros de la ciudad de Juliaca (Puno) para rendirse a sus pies y participar de su celebración.
En sí, la fiesta se inicia en la víspera del 15 de mayo con la quema de castillos frente a la capilla que se ha reconstruido recientemente. Allí participan generalmente los alferados y sus acompañantes.
Al día siguiente, desde tempranas horas los feligreses acuden hasta ese sector donde yace además la imagen de San Isidro, un toro y una mujer campesina. A la efigie le prenden velas esperando productividad en sus actividades.
Otros acostumbran colocar cera en las protuberancias del vacuno pues creen que habrá mayor prosperidad en su economía.
La mayoría de los devotos son personas del sector rural o gente que se ve involucrado con la agricultura y la ganadería, quienes llegan hasta ese sector ubicado a un costado de la carretera Juliaca-Huancané.
Algunos optan por comprar ganado vacunos, ovino, porcino y otros que están hechos en miniatura conocidos como alasitas.
Los artesanos para esa ocasión elaboran ganado mejorados de diferentes razas, a las que además les colocan cintas o medallas que los asemejan a ganadores de diversas ferias ganaderas.
Para adquirir el ganado, el creyente debe pagar sumas que van desde los 20 soles a más, según el tamaño del producto.
Los comerciantes con anticipación colocan sus carpas en alrededores da la capilla para expender su mercadería que consiste en cosa hechas en miniatura, predominando ganado, seguido de dinero, casas y vehículos.
Los feligreses optan por ir temprano para comprarlos, pues los mejores se venden en las primeras horas del 15 de mayo, aseguran los conocedores de la costumbre.
Tras la adquisición, los creyentes acuden hasta la capilla donde veneran a la imagen y luego caminan unos 200 metros para prenderle velas a la imagen, ante el yatiri o brujo andino bendice los productos, le hecha mistura amarilla, pasa el sahumerio, y continua la c´halla con cerveza negra.
Tras el acto, la gente aprovecha la ocasión para degustar comida como chicharrón, trucha a la parrilla, parriladas, polladas acompañadas de bebidas espirituosas como cerveza.
En tanto que los alferados disfrutan de la fiesta al son de orquestas musicales que han contratado con anticipación y cuya energía eléctrica en ese sector, se consigue a base de motores que funcionan con combustible. La presentación de cada artista o grupo musical dura alrededor de dos horas.
Por: Paty Condori Huanca
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