La arqueóloga Ruth Shady, directora de la Zona Arqueológica Caral, ha sido incluida por la BBC como una de las 100 mujeres inspiradoras e influyentes del mundo en el 2020. En una entrevista con RPP, la investigadora nos explica lo que la sociedad peruana actual debería aprender de las antiguas culturas.
La arqueóloga y antropóloga Ruth Shady, directora de la Zona Arqueológica Caral, ha sido considerada por la BBC como una de las 100 mujeres inspiradoras e influyentes del mundo en el 2020.
"Me ha sorprendido realmente", cuenta la investigadora en una entrevista con el programa Conexión de RPP. Para la profesora universitaria, su inclusión en la lista es un reconocimiento al trabajo que han venido realizando desde años en Caral –en Supe, provincia de Barranca−, considerada la civilización más antigua de América y declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
"Es una identificación para que nuestro país se sienta orgulloso", dice entusiasmada. Sin embargo, a los ojos de Ruth Shady la sociedad peruana moderna no ha emulado el avanzado desarrollo social y cultural de los antiguos pobladores.
De acuerdo con la arqueóloga, en las culturas preincas, como la de Moche, Kuélap, Chota, Cutervo, entre otras, hubo integración y "diversidad, con una visión de compartir".
"Y esa visión del mundo tiene un mensaje en el presente: de cómo hubo desarrollo en cada parte del país y no solamente en un lugar", explicó. Y enfatizó: "No hubo poblaciones que se quedaron en el pasado, sino que avanzaron y lograron condiciones de vida adecuadas y participaron de redes y contacto en Puno, Arequipa, Ica, Ayacucho".
En ese contexto, la científica social lamentó la situación del Perú actual, donde es evidente las gigantescas diferencias sociales, económicas, educativas y tecnológicas entre Lima, la capital, y el resto de regiones.
Ruth Shady sostiene que ese desarrollo más igualitario "no lo estamos conociendo adecuadamente" y que sería esencial para fortalecer la autoestima nacional al sentir "orgullo de lo que nuestros antepasados lograron a través de la producción de conocimiento y de organización social con autoridades no solo políticas, sino también sociales".
La investigadora consideró que "la autoestima muy baja" de los ciudadanos hace pensar que todo lo producido en otros países es mejor que los bienes fabricados en el territorio nacional. "Y la gente compra inmediatamente elige aquello que se ha hecho en el exterior", señala.
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