La Huaylía tiene origen quechua en el baile y canto de las ñustas, pallas y waylías que todavía vieron los españoles en el Koricancha, cuando fundaron Qosqo el 23 de marzo de 1534.
Según relata el conocido historiador Apolinario Mayta, la Huayligía se inicia con los nacimientos traídos de Europa por los misioneros franciscanos, que reemplazaron a los dioses paganos.
La tradición refiere que en el Jatunmayo - Catalina Wanka, la ahijada de bautismo de Francisco Pizarro, Akopacha, fue ferviente católica a pesar de ser india ladina, pero no pudo ser monja.
Pudo sí, construir el hospital de Santa Ana para su prójimo indio y gastó cien mil pesos en azulejos del convento San Francisco De Lima. La caica de Hurin Wanka solía evangelizar especialmente a las niñas y adolescente de su cacicazgo, quienes habrían sido las primeras huaylías.
Con la Huayligía celebran Navidad, Año Nuevo y Bajada De Reyes en las zonas alto andinas de las provincias de Tarma y Jauja, como Yanamarca, Muquillanqui, Parco, Julcan Huaripampa, Chongos Alto, Entre Otros.
La Huayligía es una danza pastoril y ritual de adoración a Taita Niño, ejecutada sólo para adolescentes y solteras, guiadas por los chutos. Las mujeres que representan a las pastoras entonan canciones religiosas, van elegantemente vestidas.
En la provincia de Tarma, más de 23 pueblos realizan esta tradicional y costumbrista fiesta, pues es la más importante de la perla de los andes. Se resalta la adoración al Niño Jesús al ritmo de la huaylígia en las zonas altoandinas de Tarma, los agricultores terminan el año agradeciendo a Dios y a la vez adoran al recién nacido para que el año que empieza les vaya mucho mejor.
Las comunidades se organizan dirigidos por un mayordomo, y toda la población colabora para la realización de esta fiesta. El distrito de Tapo es el más identificado con esta tradición, donde todos sus anexos realizan esta festividad.
Asimismo, en Palca, Huaricolca, Palcamayo y sus anexos, vibran con la danza de la Huayligía, los varones con ponchos de agua, botas de jebe y las damas con azucenas llevan en las manos y sus atuendos típicos de la zona; danzan y se disputan la supremacía de esta danza. En el anexo de Haylahuichan los varones llevan sonajas y un bastón.
Las fiestas se inician desde el día 25 de diciembre hasta la segunda semana de febrero, los mayordomos coordinan con los caporales para preparar diversos platos típicos para compartir con el pueblo y los invitados y demás visitantes, quienes son recibidos con mucha cordialidad en casa del mayordomo, para degustar los deliciosos picante de cuy, pachamanca, el menestrón, el locro, puchero, ente otros platos.
Esta danza es protagonizada cada año en los pueblos de la región Junín, se inicia el 25 de diciembre y culmina en el mes de febrero, siendo también uno de sus atractivos de este baile el protagonismo de los estrafalarios montoneros, que son los que amenizan y divierten a los asistentes, o como el caso de Maco, donde son 10 chutos los más divertidos de la fiesta y son los que acogen a los turistas con sus divertidas gracias y no olvidar que todo es en adoración y agradecimiento al Niño Jesús, que cada año los espera para compartir sus vivencias.
Por: Lizzet Paz
Lea más noticias de la región Junín.
Comparte esta noticia