Mientras que tres de cada diez mujeres de 14 años a más no cuentan con ingresos propios, solo uno de cada diez hombres se encuentran en la misma situación.
De acuerdo al último informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 31.5% de las peruanas en edad de trabajar no cuentan con ningún tipo de ingreso propio; esto es, no cuenta con un empleo remunerado, propiedad y/o crédito financiero. En contraste, solo el 12% de los peruanos en edad de trabajar se encuentran en dicha situación.
Esto refleja las barreras que enfrentan las mujeres para acceder a actividades remuneradas que les permitan obtener ingresos propios. Además, demuestra la diferencia de oportunidades laborales y de salarios que aún persiste entre hombres y mujeres en el Perú.
“Todavía las tareas del hogar siguen siendo asignadas a las mujeres; entonces, muchas veces las decisiones que ellas deben tomar están entre salir a trabajar o quedarse en casa a avanzar con las tareas del hogar. Pero claro, salir a trabajar no es la opción más económica para ellas porque ¿con quién dejan a sus hijos?”, señala Leda Pérez, investigadora y docente de la Universidad del Pacífico.
En todos los departamentos del Perú, el número de mujeres sin ingresos propios es superior a la de los hombres, siendo la sierra y la selva las regiones más afectadas. En la selva, 39 de cada 100 mujeres en edad de trabajar dependen económicamente de un hombre. En la Sierra, 36 mujeres de cada 100 se encuentran en la misma situación.
Para Maria José Gómez, directora de la Fundación Forge Perú, la causa de este problema no son las tareas del hogar, sino que la responsabilidad de atenderlas es distribuida de manera desigual entre hombres y mujeres. “No es que exista el trabajo doméstico, es que ese trabajo recae sobre las mujeres”.
La facultad de generar ingresos económicos propios permite tener una mejor calidad de vida y mayor poder de decisión sobre el destino de sus ingresos, señala el INEI.
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