El padre de sus tres hijos la agredió y ella lo atacó con un cuchillo. Familiares y amigos de María Butrón realizaron una protesta en contra de la decisión judicial que ordena que cumpla nueve meses de prisión preventiva.
La comerciante, María Butrón Flores, cumplirá nueve meses de prisión preventiva por haber herido a su expareja con un cuchillo cuando se defendía de una agresión. La decisión la tomó el juez de Investigación Preparatoria de la Corte Superior de Justicia Arequipa, Jaime Coaguila, quien aceptó el pedido de la fiscalía.
El último fin de semana, su expareja, Luis Heredia Coila, llegó en estado de ebriedad a la casa donde María Butrón vive con sus tres hijos en el distrito de Alto Selva Alegre. Heredia quería seguir bebiendo, pero María se lo negó y la empezó a golpear.
Luego de soportar la agresión por algunos minutos, logró escapar y cogió un cuchillo de cocina con el que le provocó una herida punzante en el pecho.
Heredia salió ensangrentado de su casa con dirección a la comisaría de Alto Selva Alegre, a pocos metros de llegar a la dependencia policial se desplomó y los policías lo trasladaron al hospital Goyeneche donde permanece grave.
La defensa legal de la mujer alegó que todos los hechos ocurrieron en defensa propia. Se conoció que la mujer lo denuncio por violencia familiar en más de cinco oportunidades en los últimos doce años y que la tenía amenazada de muerte.
Los familiares y amigos de María Butrón, realizaron una protesta en el frontis de la Corte de Justicia mientras la joven era trasladada en un vehículo del INPE al penal de Mujeres de Socabaya. Piden la intervención de la ministra de la Mujer, porque consideran que María solo intentó defenderse y salvar su vida.
Sus tres hijos, de 12, 10 y 6 años, quedaron al cuidado de su abuela y una tía. En los próximos días, el juez de familia determinará si envía a los menores a un albergue o permanecerán con sus familiares.
Relación tormentosa
Las amigas de María Butrón, contaron que la joven, en reiteradas oportunidades, presentaba moretones en el rostro por las agresiones de las que era víctima, sin embargo, nunca les conto a sus familiares para que no se preocupen.
María conoció al padre de sus hijos cuando vendía DVDs en la calle San Juan de Dios y él trabajaba de cocinero en un chifa de la zona.
Hace unos cuatro años, empezaron su negocio propio y los problemas de violencia familiar se incrementaron y lo denunció hasta en cinco oportunidades.
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