La coordinadora del Centro Vulcanológico Nacional (CENVUL) del IGP, Katherine Vargas, explicó en RPP, el montireo que vienen realizando sobre el volcán Sabancaya, que lleva alrededor de nueve años proceso eruptivo. Además, destacó el compromiso de la ciudadanía en seguir las indicaciones del organismo.
La coordinadora del Centro Vulcanológico Nacional (CENVUL) del IGP, Katherine Vargas, explicó en RPP, que la puesta en alerta naranja del volcán Sabancaya es porque la actividad eruptiva registrada en vísperas "puede volver a repetirse" y por ello continúan en constante monitoreo en los aledaños del lugar.
"Inmediatamente se manda la alerta respectiva y a su vez nos reunimos todo el equipo de volcanólogos del IGP para deliberar y se tomó la decisión de que el nivel de alerta subía nuevamente de amarillo a naranja. Eso ocurrió el día de ayer porque ahora con esta nueva explosión que también generó flujos piroclásticos, pues incrementa la posibilidad de que este suceso se repita en los próximos días o semanas. Es así que el monitoreo continúa", detalló en RPP.
Por otro lado, indicó que el volcán Sabancaya se encuentra en proceso eruptivo desde noviembre del 2016, "es decir que ya casi cumplimos nueve años en constante actividad", en donde "en años pasados hemos llegado a tener hasta casi cien explosiones por día". Sin embargo, informó que en los últimos meses "esta actividad había descendido considerablemente", por lo que se descendió a alerta amarilla. "Esto indicaba que todavía el proceso no había terminado, pero que los parámetros indicaban una disminución", comentó.
"Ayer en la explosión, que superó los cinco kilómetros por encima del nivel del cráter, la dirección predominante del viento fue hacia el sector sureste, un poco hacia el oeste, un poco hacia el sur, pero principalmente hacia el sureste. ¿Qué hubiera pasado si la dirección del viento hubiera sido hacia el norte o noreste? Hubiera podido llegar a los poblados que están asentados en el Valle del Colca y situación que, como les mencionaba, también ya han vivido antes en estos años pasados", agregó en La Rotativa del Aire-Edición Domingo Tarde.
Compromiso de la ciudadanía
En esa línea, resaltó que la ciudadanía aprendió a convivir con el volcán pero que era necesario la publicación de la información, como parte de los protocolos del Instituto Geofísico del Perú, porque si la ceniza llegara a esos sectores por obra del viento, se utilizarían las medidas sanitarias.
"Debo también felicitar a la población cercana al Sabancaya, porque ha sido un ejemplo. Ellos, desde el año 2013, estuvieron escuchándonos cuando mencionábamos de que el volcán estaba presentando señales de reactivación, y lo hizo en 2016. Han hecho ese trabajo de convivencia con el volcán, incluso son nuestros cooperantes, porque tenemos equipos instalados en los alrededores, ellos mismos son guardianes, saben de que estos equipos nos envían información para hacer el monitoreo, y pues de esta manera nosotros podemos alertar oportunamente, tal como lo hemos hecho el día de ayer", declaró.
Escenarios
Al ser consultada sobre un escenario de evacuación total de la ciudadanía cercana al volcán Sabancaya, Katherine Vargas, resaltó que los ciudadanos se encuentran "en un radio de seis kilómetros" del volcán, en donde los pequeños caseríos "no están habitados" en su mayoría y solo es frecuente en temporadas de ganadería.
"Este escenario es bastante favorable, porque tenemos además al [volcán] Hualca hualca, que es otro volcán ya extinto, que nos sirve como barrera, y al sur, el Ampato. Es así que, por ejemplo, sino fuera por los flujos piroclásticos que descendieron el día de ayer, en un escenario de una población cercana a las faldas hubiera sido un tema trágico, como quizás lo que ocurrió en el año 2018 en Guatemala. Las mismas personas han visto a este volcán como un guardián, porque ya tuvo un proceso eruptivo en los años noventa, y es por eso que iniciamos la volcanología en el Perú con el IGP", detalló en RPP.
Sobre el dióxido de azufre que se suele producir en este tipo de actividades eruptivas, Vargas señaló que el Centro Vulcanológico Nacional ha registrado niveles bajos y ello solo afectaría un radio "muy local".
"No se dispersaría tantos kilómetros, como sería el caso ya de la ceniza, que alcanzando columnas superiores a los cinco kilómetros, sí pueden tener un radio mayor a los veinte, como ocurrió el día de ayer", comentó en La Rotativa del Aire-Edición Domingo Tarde.
"Lo de ayer ha sido un respiro más que ha dado a la tierra, y puede seguir ocurriendo los próximos días. Ya están acostumbrados a ver este tipo de explosiones, pues, a seguir las recomendaciones", finalizó la coordinadora del Centro Vulcanológico Nacional (CENVUL) del IGP.