El artesano cusqueño fue paseado por la Ciudad Imperial y luego enterrado en el cementerio La Almudena.
Pasado el mediodía fueron enterrados los restos del reconocido artesano cusqueño Antonio Olave en el cementerio de La Almudena de la ciudad del Cusco.
Previo al entierro, su féretro fue paseado por el centro histórico, luego visitó la Municipalidad Provincial del Cusco, el Colegio Nacional de Ciencias e hizo un alto en los exteriores de la Escuela de Bellas Artes.
Los familiares, pobladores y algunas autoridades locales acompañaron los restos con arreglos florales y banners con su fotografía, destacando además sus obras y el enorme legado en la artesanía e imaginería cusqueña.
Antonio Olave es reconocido mundialmente por haber esculpido numerosas obras de arte, entre ellas resalta la imagen del Niño de la Espina, efigie que adorna nacimientos navideños en Cusco y el mundo.
Olave, quien falleció a la edad de 85 años a causa de un cáncer, fue considerado Patrimonio Vivo Cultural de la Nación. Sus obras son exhibidas en su Museo Taller, ubicado en el tradicional barrio de San Blas.
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