Vecinos de la calle Manuel Ubalde sufren porque lodo cubrió casi por completo sus viviendas, perdieron negocios y automóviles están enterrados.
Automóviles y mototaxis enterrados, negocios destruidos, paredes que señalan en más de 1.50 metros el nivel de agua y el lodo seco convertido en la peor pesadilla de las familias del sector Mampuesto en el distrito trujillano El Porvenir.
Este es el panorama tras 22 días del primer huaico que inundó Trujillo. Los daños que dejó este torrente de lodo y piedras ha marcado no solo en las viviendas, sino a los pobladores quienes sufren ahora por la tierra que tapa sus enseres y ha dejado inutilizables muebles, viviendas, sistemas eléctricos, artefactos y un largo etcétera.
Vecinos de la calle Manuel Ubalde, en Mampuesto, están angustiados porque han perdido casi todo y es casi nada lo que han podido recuperar. Las pérdidas económicas son incalculables. Por ejemplo, negocios de ferretería, restaurantes y dormitorios han sido cubiertos por el huaico casi por completo.
En tanto, un niño de 11 años que cursa el tercer grado de primaria no sabe cómo reiniciará sus clases porque el huaico se llevó su uniforme y útiles de colegio. Así como él, hay muchos escolares cuyos padres no saben qué hacer ante tantos problemas.
Actualmente, maquinaria pesada facilitada por la empresa minera Barrick apoya los trabajos de rehabilitación de la avenida Ubalde y ya ha retirado 35 mil toneladas de tierra.
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