Centro de abastos es el más grande de Trujillo y alberga a mil 500 comerciantes que se dedican a la venta de productos de primera necesidad, al por mayor y menor. Se construyó plataformas de embarque y desembarque de productos para evitar aglomeración de vendedores y unidades de descarga.
El mercado La Hermelinda de Trujillo, región La Libertad, abrió sus puertas después de nueve semanas de cierre, luego de ser considerado un foco de contagio de la COVID-19.
El centro de abastos que provee de verduras, tubérculos y productos de primera necesidad, a gran cantidad de bodegas, tiendas y supermercados de la provincia, luce un nuevo rostro.
Sus pasadizos, ocupados durante años por ambulantes que originaban aglomeraciones, ahora se ven más espaciosos y despejados, y los diferentes sectores cuentan con veredas y plataformas de cemento.
Además, en uno de los ingresos del centro de abastos, en la avenida Pucará, se ha construido una plataforma de 5 mil metros cuadrados para el embarque y desembarque de los productos, con el fin de descongestionar los alrededores, que antes eran ocupados por los camiones, que trasladan hasta este mercado los productos, que llegan de la sierra y selva.
Previo a su funcionamiento también se realizó la señalización al interior del mercado, y la limpieza y desinfección, en los pasajes y puestos al interior del mercado.
La Municipalidad Provincial informó que el reinicio de actividades en este mercado se postergó hasta en tres ocasiones, porque se necesitaba acondicionar de manera completa todo el espacio y cumplir con todas las medidas de bioseguridad para evitar el contagio y la propagación de la enfermedad.
En este mercado trabajan más de mil 500 vendedores formales, que son parte de la asociación de comerciantes. Sin embargo, tras su cierre, el comercio informal se instaló en inmediaciones como la avenida Villarreal y calles del distrito Florencia de Mora, de donde se resisten a salir.
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