Vecinos y dueños de negocios rocían el líquido en pistas para que vehículos no levanten la gran cantidad de polvo dejada por los siete huaicos.
Aceite quemado es la sustancia que vecinos y dueños de negocios se ven obligados a echar en las pistas para que los vehículos no levanten la gran cantidad de polvo tras el lodo dejado por los siete huaicos que afectaron la ciudad de Trujillo.
Cansados de la polvareda, los trujillanos limpiaron las vías y rociaron el líquido en el pavimento del centro histórico y urbanizaciones. Tramos de las avenidas España y Sinchi Roca, el jirón Bolívar, las calles Francisco de Zela y San Andrés, etc. lucen ahora más oscuras.
Esta alternativa, como es evidente, fue tomada para mitigar las posibilidades de contraer enfermedades respiratorias y evitar que los establecimientos como centros comerciales, restaurantes y farmacias sigan sucias y pierdan clientes.
El aceite quemado proviene de talleres de mecánica a donde son trasladados vehículos como camiones o tráiler para el cambio de aceite.
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