Un día como hoy, hace 21 años fue capturado el máximo criminal de la historia del Perú: Abimael Guzmán Reynoso, líder del sanguinario grupo terrorista, Sendero Luminoso, que desoló al país durante más de una década.
Un día como hoy, hace 21 años, fue capturado el máximo criminal de la historia del Perú: Abimael Guzmán Reynoso, líder del sanguinario grupo terrorista, Sendero Luminoso, que desoló al país durante más de una década.
Era un sábado por la noche, cuando un flash informativo causó un remezón de asombro y felicidad en los hogares peruanos. El autodenominado presidente "Gonzalo", había caído junto a su cúpula partidaria al interior de una casa en una apacible calle de Surquillo.
Este hecho que es conocido como "La Captura del Siglo" y que marcó un punto de inflexión en la historia del Perú, se logró gracias al trabajo del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), de la Policía Nacional del Perú, tras 29 meses de paciente seguimiento.
Se valieron de todas las estrategias de inteligencia posible para dar el golpe definitivo al corazón de esta organización clandestina. Algunas capturas previas les permitió acceder a documentos con información valiosa sobre el grupo terrorista y poco a poco fueron hilvanando pista tras pista, buscando evidencias hasta en basureros, para finalmente ejecutar su máxima operación.
La llamaron "Operación Victoria" y en ella intervinieron el general (r) Marco Miyashiro, en ese entonces Mayor, y los oficiales Luis Valencia y Juan Gonzáles.
El ingreso en el refugio del "Cachetón" que fue el nombre clave con el que se referían al líder terrorista, se produjo a las 08:45 p.m. De inmediato, el jefe de la acción, Mayor Valencia, comunicó la captura al GEIN, donde estaban a la espera del resultado, el general Ketín Vidal jefe de la Dincote y el coronel Jiménez, uno de los artífices de las acciones de inteligencia.
Ambos se dirigieron a la casa ubicada en la calle Los Sauces, refugio de Guzmán. Una de las primeras órdenes de Vidal fue respetar la vida del prisionero, cuyo movimiento terrorista significó la muerte de miles de peruanos durante más de una década.
"Soy el general Antonio Ketín Vidal, jefe de la Dincote", se presentó. Ambos se estrecharon las manos.
Los policías presentes recuerdan lo que entonces dijo el director de la institución. "Usted tiene que saber que en la vida se gana o se pierde. Esta vez le ha tocado perder. Espero que haga una interpretación dialéctica de esta situación".
El general Vidal invitó a tomar asiento a Abimael Guzmán, quien se quejaba de dolor en las caderas a causa de su viejo mal, la psoriasis. Luego respondió: "Es cierto que me han detenido y que detendrán a muchos más. Pero lo que está aquí (señaló su cabeza) y el pensamiento del pueblo, nadie lo va a eliminar".
A las 09:30 p.m., el general Vidal hizo llamar a Palacio de Gobierno para dar la buena noticia, que se convirtió en el hecho más importante del año, y significó el inicio del fin de la pesadilla terrorista.
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