Votar es una manera de decir lo que pensamos sobre el estado de nuestro país y expresar nuestra esperanza de cambios. Las encuestas alertan: muchos electores carecen de información sobre las modalidades del voto congresal.
Escucha el canal de podcast de Las cosas como son en RPP Player.
En cinco semanas elegiremos un nuevo Congreso del que podemos esperar que haya aprendido las lecciones de la experiencia: la política se hace para concertar ideas y energías en la búsqueda de soluciones para los problemas públicos. La composición del nuevo Congreso está en manos de los electores que tienen un espectro muy amplio de partidos, aunque en algunos casos no sea fácil reconocer las propuestas y las orientaciones. La encuesta de IPSOS y la plataforma informativa de la Asociación Civil Transparencia constituyen alertas contra la falta de información que puede llevar a un abultado número de votos involuntariamente viciados. Y es que, a diferencia de las elecciones generales en las que escogemos simultáneamente un presidente y una lista de congresista, en este caso no se puede “votar cruzado”, puesto que solo se vota por la lista de congresistas. El elector debe saber que le corresponde marcar el nombre de una lista y, si quiere, escoger en ella uno o dos votos preferenciales. Lo que no puede es marcar el nombre de dos congresistas de listas diferentes, porque en ese caso su voto sería considerado viciado. Después de las fiestas de fin de año y dirimidos los numerosos procedimientos de exclusión en primera instancia, podremos conocer mejor a los candidatos para poder emitir un voto informado. Lo que está en juego es enrumbar nuestro país al espíritu de diálogo y de colaboración entre poderes, nos guste o no la identidad de los jefes de turno. El Estado debe funcionar con armonía y la crítica debe ser ejercida para mejorar el rendimiento, no para paralizar la acción.
También Bolivia parece avanzar hacia la convocatoria de elecciones generales, después del descubrimiento de un fraude electoral que llevó a la renuncia de Evo Morales. Según un sondeo difundido por el diario Página Siete, el heredero de Evo Morales, Andrónico Rodríguez, y el expresidente Carlos Mesa tienen las mayores intenciones de voto, con 23 y 21% respectivamente. Rodríguez, con 29 años, es un líder de los productores de coca, vicepresidente de los cocaleros del Chapare. En tercer y cuarto lugar de las intenciones de voto figuran los líderes cívicos de Santa Cruz que participaron en las movilizaciones sociales contra Evo Morales, Luis Fernando Camacho y Marco Antonio Pumari. Mientras tanto, el gobierno provisional ha decidido incorporar a Bolivia al Grupo de Lima, que se creó en nuestra capital para favorecer el retorno a la democracia en Venezuela. Evo Morales por su parte, no parece dispuesto a aceptar las reglas internacionales del estatuto de refugiado concedido por Argentina, porque se permite convocar a una manifestación de sus partidarios en la frontera el próximo domingo 29. Afirma incluso que el gobierno de Alberto Fernández contribuirá garantizando la seguridad durante la manifestación, una violación flagrante del Derecho Internacional.
En Cuba no hay elecciones libres y pluralistas pero sí se están produciendo algunos cambios constitucionales. Entre ellos, el restablecimiento del cargo de Primer Ministro, que entre 1959 y 1976 fue ejercido por Fidel Castro, antes de la aprobación de una nueva Constitución de partido único, en notoria violación de la promesa que proclamó la Revolución, la de restaurar la constitución liberal de 1940. Cuba es ahora el único país que, junto al Perú, cuenta en su Estado con un primer ministro. Se trata de Manuel Marrero, que durante más de catorce años se desempeñó como ministro de Turismo. Pese a la utopía revolucionaria de cambiar el modelo productivo y de superar los resultados de las economías capitalistas, Cuba sigue dependiendo principalmente del turismo. El nombramiento del nuevo Primer Ministro ha vuelto a dar vida a una vieja ironía que se solía decir con discreción en las calles de La Habana: “El comunismo es el camino más largo para ir del capitalismo al capitalismo”.
Las cosas como son
Comparte esta noticia